El gobierno avilesino quiere acelerar la regulación del uso de los coches eléctricos en el municipio. Como adelantó este periódico, el PSOE prepara una ordenanza para ordenar y habilitar la infraestructura que permite cargar los vehículos de este tipo. Y el modelo que se está siguiendo para todo lo demás es el de Llanera, municipio pionero en la materia en Asturias. El equipo municipal pretende incluir en la futura norma los puestos de recarga antes de que se produzca el "boom" de estos coches y quiere extender su uso a los barrios, aprovechando la red de aparcamientos ya existente.
Avilés cuenta en la actualidad con tres puntos de carga de vehículos eléctricos (hay otros dos, pero de uso restringido): dos están en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) y un tercero en la estación de servicio de Cristalería. Está previsto que en cuestión de días comience a funcionar uno nuevo de la red que impulsa el Principado y que se estará instalando en la gasolinera de la avenida de Lugo, según explican fuentes municipales.
La ordenanza de Llanera establece que el Ayuntamiento podrá autorizar el uso común especial de la vía pública para dotar plazas de aparcamiento de estaciones de recarga para promover la creación de una estructura mínima en lugares con importancia estratégica dentro del territorio urbano. La normativa recoge cómo tiene que presentar el gestor de carga autorizado las solicitudes para instalar los "enchufes" y cómo se otorgan las licencias.
En Llanera, se conceden "directamente", salvo que "por razones de oportunidad, exceso de demanda o concurrencia de peticiones" haya que limitar su número. En ese caso, se adjudican por licitación y, si se reúnen las mismas condiciones, por sorteo. Las plazas dotadas de estaciones de recarga tienen que tener las dimensiones estipuladas por la normativa vigente, así como señalización que incluya el tiempo máximo permitido de permanencia.
En lo que respecta al acceso al servicio, en Llanera recomiendan el uso de una tarjeta. Su ordenanza plantea dos modalidades de pago: una tarjeta bono anual, que permite al titular el acceso ilimitado y gratuito al servicio de recarga, dentro de los términos y condiciones de uso que se establezcan, o una tarjeta recargable que es válida mientras se disponga de crédito.
La ordenanza establece un tiempo máximo por plaza de cuatro horas diarias, si bien no impide a un vehículo que lo haya agotado desplazarse a otra disponible para continuar en ella su recarga eléctrica. Estacionar en estas plazas reservadas a los eléctricos, sobrepasar el tiempo límite diario de "enchufe" o estacionar sin cargar son consideradas infracciones leves, con las correspondientes sanciones que establece la normativa de tráfico.
El gobierno local está adaptando esta ordenanza a la realidad del municipio, una normativa que pretende "ir más allá de donde se pueden poner puntos de recarga". "Hay que pensar a largo plazo, dejar lo bien definido para que la ordenanza no se quede obsoleta en dos años. Estamos hablando del tipo de puntos de recarga, condiciones de instalación y de uso, qué coste puede tener para el usuario...", explica el concejal de Promoción Económica y de Ciudad, Manuel Campa.
Paralelamente se busca "tejer una red de puntos de recarga", que la infraestructura no se limite al centro de la ciudad. "Pretendemos que todos los barrios tengan el servicio y aprovechar para ello la red de estacionamientos: el parking de Luz, el de avenida de Gijón, el del Quirinal. La idea es utilizar plazas que no estén dentro de la ORA (más conocida como zona azul)", añadió Campa.
El próximo día 22 habrá una jornada en Avilés organizada por la Fundación Asturiana de la Energía para promocionar el coche eléctrico. La organización pondrá varios vehículos en la plaza de España a disposición de los ciudadanos para que puedan probarlos.
