Expectación y nerviosismo. Y más de un susto en el cuerpo. El aparatoso fuego desatado hoy en las baterías de coque de las instalaciones de Arcelor en Avilés armó un gran revuelo. Por supuesto, en el interior de las instalaciones de la compañía siderúrgica; pero también en los alrededores, donde los vecinos permanecieron atentos a todo lo que acontecía y al continuo trasiego de efectivos de emergencia hasta que el incendio se ha dado por extinguido pasadas las 19 horas.

Entre la plantilla, mucho nerviosismo y gran incertidumbre por su futuro. "Se ha liado una muy gorda, está todo el mundo corriendo", contaba un trabajador de la instalación en mitad del incidente. "Estamos nerviosos; no es ninguna broma la avería", apostillaba otro. La duda está en si la multinacional optará por reparar los daños severos o cerrar definitivamente las instalaciones avilesinas damnificadas.

Entre los vecinos de zonas cercanas, más expectación que nerviosismo. Aunque no estaban exentos de preocupación. "Lo que vimos desde nuestros pisos fue que una cinta de alimentación a una de las torres, que lleva carbon, empezaba a arder hacia la mitad. Debió partir y todo el carbón que tenía cayó al suelo, y prendió fuego; se armó una nube de la leche. Después hubo una explosión gigantesca, como si fuera de gas", contaban en Llaranes. "Estamos acostumbrados a ver cosas en las baterías. Pero esta vez, cuando cogimos los prismáticos, ya vimos que era serio", agregaban.