La nube originada por el incendio que ayer arrasó la mitad de las baterías de coque de Avilés no llegó a estar en contacto con la población y tampoco hubo ningún incidente registrado en los servicios de salud por una posible intoxicación, ni tan si quiera de los propios trabajadores de la multinacional ni de los del servicio de emergencias. Así lo confirmó esta mañana el portavoz del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez, que aseguró que la propia evolución de la nube, que fue ganando altura, evitó un incidente de salud mayor.

"No se ha producido ningún daño personal ni ninguna afección sobre la salud", confirmó Martínez, "se activaron todos los protocolos medioambientales, sanitarios y de emergencias. Se actuó con extrema rapidez y, a petición de la empresa, se movilizaron todos los medios disponibles". Gracias a esa rápida actuación y a los efectos del viento evitó que la cosa fuera a más.

La empresa está evaluando las repercusiones del incidente y, según señaló Martínez, el gobierno confía en que esto no frene el calendario de inversiones que la multinacional tiene previsto realizar en la región. "Confiamos que las fechas se mantengan y todo parece indicar que va a ser así. No comparto un posible cambio de orientación respecto a ese importantísimo desembolso.

Guillermo Martínez también expresó su confianza en que la cadena de producción de la planta no se vea muy dañada a corto plazo por el incidente.