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XAVO GIMÉNEZ | Director de "Sindrhomo", mañana, en el Niemeyer

"Resiste la gente de toda la vida que no quiere que le instalen un Starbucks debajo de casa"

"El bacalao se parte en Madrid y en Barcelona; sin embargo, el teatro periférico, sin hacer ruido, está tomando ya posiciones"

El director de "La Teta Calva", Xavo Giménez.

Xavo Giménez (Valencia, 1975) es el director de "Sindrhomo", un espectáculo teatral escrito por María Cárdenas que se presenta mañana sábado (20.30 horas) en el club del Niemeyer, esto es, en los bajos del auditorio del complejo cultural de la ría. Giménez es la mitad de "La Teta Calva".

- El título de la obra es raro.

-Nos dicen siempre que les encanta nuestra obra, pero que, en cambio, el título no, que es feo. Y es que el espectáculo va de eso: de la fealdad, de lo que se tiene que considerar bello. Para hacerlo tenemos un personaje que tiene síndrome de Diógenes. Un hombre y un síndrome: "Sindrhomo".

- ¿Y qué recoge?

-Cosas de la calle, les da una segunda oportunidad. Material de derribo provocado por la intervención en la ciudad de Valencia de un ejército de las tinieblas que mata todo cuanto ve. Todo esto lo traducimos sobre la escena con lámparas, flexos... una metáfora que busca alumbrar toda esta oscuridad de la que hablamos.

- Hablan del Cabanyal, que es un barrio muy local.

-Eso es, un barrio que se levantó a luchar ante el sometimiento al que le quería rendir el Ayuntamiento. Ha tenido que morir la pobre Rita Barberá para que el acoso haya terminado. Pretendían llevar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar sin tener en cuenta que en el medio había un barrio pesquero, un conjunto de viviendas de estilo modernista. Muchas habían caído. Nosotros estrenamos "Sindrhomo", de hecho, en una de aquellas viviendas: una versión de veinte minutos del espectáculo que llevamos a Avilés este fin de semana. Dada la respuesta que conseguimos, María Cárdenas decidió hacer una versión más larga.

- Lo local como espejo de lo global.

-Desde luego. Nosotros, en "La Teta Calva", trabajamos mucho en los barrios. Hablamos del Cabanyal, pero en todas las ciudades hay un barrio maltratado, un barrio pijo...

- ¿Teatro de lucha?

-Resiste la gente de toda la vida que no quiere que le instalen un Starbucks debajo de casa. No hay ninguna de color de rosa. Resulta que viajamos y en todos sitios nos encontramos lo mismo: eso no es viajar. Es mejor luchar por ser que por lo que se tiene que ser: lo tenemos meridianamente claro.

- De una casa en ruinas, al Niemeyer.

-Es llamativo, pero no nos asusta el contenedor, no nos sentimos incómodos en estos menesteres. Hemos actuado en teatros principales y también en una galería fotográfica. Pensamos más en los espectadores que en el escenario en el que contamos la historia. Lo que sí que tenemos claro es que "Sindrhomo" funciona mejor en un ambiente de intimidad, pero los espacios grandes no nos acobardan.

- Parece que el teatro sólo se haga en Madrid y Barcelona.

-Somos de Valencia, pero es cierto, el bacalao se parte en Madrid y Barcelona; sin embargo, el teatro periférico, sin hacer ruido, toma posiciones en la escena nacional.

- ¿Y entiende por "teatro periférico"...?

-El que se hace en Asturias, en Andalucía, el que hacemos nosotros en Valencia. Los autores de la Comunidad Valenciana juegan en igualdad de condiciones con los de Madrid y Barcelona. Antes de llegar la crisis -hace diez años- existía en Levante un circuito de compañías como de "star system", pero la falta de dinero creó un circuito alternativo. Había falta de espacios, cayeron un 50 por ciento las subvenciones. En un espacio de comodidad cero y dificultad mil empezamos a salir.

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