Correos está atendiendo "a medias" los barrios de Villalegre, Versalles y Llaranes y lo está haciendo así porque ha decidido amortizar cuatro puestos de reparto domiciliario hasta hace pocos meses ocupados por carteros ahora jubilados. Esto es, al menos, lo que sostienen los trabajadores avilesinos del ente postal, que ayer por la mañana se concentraron en el centro de distribución de La Magdalena para denunciar la situación. La compañía rechaza esos argumentos y defiende su postura aduciendo que lo que ha hecho es adaptarse "a las nuevas necesidades de distribución".

"La empresa aspira al reparto postal universal; es decir, llegar a todos los puntos, todos los días. Pero la reorganización de la tarea que propugna la compañía pone en peligro ese objetivo", asegura Victoria Zabaleta, la secretaria de Comisiones Obreras (CC OO) en Correos. La empresa, sin embargo, insiste en su posición porque "permite mejorar el servicio" y es que Correos asegura que "el volumen de cartas en esta unidad (Avilés) se ha reducido en los últimos años un 35 por ciento, con lo que es necesario adaptar las necesidades de empleo a la carga de trabajo".

Elena Roza, la secretaria del sector postal de UGT, asegura que la decisión de amortizar cuatro puestos supone "sobrecargar de trabajo a los que ya, de por sí, trabajan mucho". La reorganización del trabajo ante la ausencia de los cuatro trabajadores jubilados se ha hecho echando mano del resto de la plantilla. "Los carteros tienen sus zonas de reparto marcadas. Ahora, a ésas, suman parte de las zonas que atendían los jubilados. Esto significa que la carga de trabajo se amplía tanto para los carteros que hacen el reparto a pie como para los que lo hacen en moto. Más zonas, más retrasos", apunta Zabaleta.

Correos recalca que realiza estudios en los servicios de reparto de municipios donde se producen vacantes para reordenarlos. Eso es lo que ha hecho en Avilés: "Los cambios consisten en actualizar las diferentes rutas y tareas de reparto, para que los carteros tengan una carga equilibrada de trabajo y eso permita realizar las entregas de correspondencia y paquetería con la máxima eficiencia y calidad, adaptando el empleo a las necesidades de cada momento", añade la empresa, cuya punto de vista dista mucho de estar cerca del de los trabajadores.

"Correos necesita un plan para meterse de lleno en el negocio de la paquetería, ahora en manos de 'lobbies'. Y eso precisa de una autorización porque nosotros tenemos un sueldo digno, congelado, pero digno, y un convenio. Y el reparto de paquetes se hace con falsos autónomos. Entre tanto, se dedica a los recortes", lamenta Zabaleta. Se anuncia un otoño caliente: el 14 de noviembre, concentración de tres horas en Oviedo.