Natalio Grueso abandonó a las cinco y media de la tarde de ayer la prisión de Asturias, en la que ha estado un mes por orden de la sección tercera de la Audiencia -el tribunal que le juzgará por el "caso Niemeyer"- después de que no respondiese a varios requerimientos. El exdirector del complejo cultural dejó atrás los barrotes tras pagar una fianza de 40.000 euros y entregar su pasaporte, lo que en teoría limita sus posibilidades de fuga al extranjero. Nada más abandonar el penal aseguró sentirse bien y resumió su estancia dentro con una frase que expresa la batalla que está punto de librar: "Cuando eres inocente, es raro estar en la cárcel". No comentó nada más. Tenía un aspecto inmejorable. Su hermano le esperaba con gesto nervioso en Comunicaciones. Los dos se marcharon a bordo de un BMW blanco.

La sección tercera de la Audiencia, encargada de juzgar las presuntas irregularidades económicas en el Niemeyer mientras lo dirigía Grueso, acordó ayer, de forma sorpresiva, la libertad provisional condicionada a una serie de medidas. El exdirector de la Fundación del Centro Niemeyer, para el que la Fiscalía pide once años de cárcel, tiene que designar un domicilio y un teléfono de contacto donde poder ser "inmediatamente localizado, con la obligación de comunicar al tribunal cualquier cambio al respecto". Comparecerá en sede judicial todos los lunes y viernes de cada mes hasta que se celebre el juicio en la Audiencia, que sigue pendiente de señalamiento. En el auto del tribunal se incluye una de las peticiones de la acusación particular -a cargo de Alejandro Riera-, que Grueso no pueda salir de España. Es por eso que se le ha retirado el pasaporte y tiene prohibido expedir uno nuevo.

El tribunal decretó a mediados de septiembre el ingreso en la cárcel del principal acusado del "caso Niemeyer" tras no poder localizarlo en vísperas del juicio en las direcciones que facilitó a efecto de notificaciones. El comienzo de la vista estaba señalada inicialmente para el 24 de septiembre y acabó siendo aplazado ese mismo día tras la renuncia de dos abogados defensores.

Ninguna de las partes personadas se opuso a que Grueso quede en libertad hasta la celebración del juicio. Su abogado defensor, el exfiscal de la Audiencia Nacional Fernando Burgos, que asumió la defensa con Grueso ya en prisión, presentó a principios de octubre un escrito solicitando la salida de la cárcel de su cliente al no apreciar riesgo de fuga y apelando a su arraigo. El letrado acompañó su petición con una serie de escritos con los compromisos profesionales del encausado, entre ellos una versión de "El coronel no tiene quien le escriba" que prepara para Carlos Saura y su colaboración en un concierto homenaje a Luis Eduardo Aute.