El jefe de la Policía Local de Avilés, Rafael Rodríguez, ponente ayer en el curso de extensión universitaria "La seguridad y la protección del y en el territorio", expuso las lagunas normativas y los aspectos en los que las leyes referidas a este cuerpo de las fuerzas de seguridad del Estado carecen de desarrollo reglamentario, lo cual, según explicó, deja al albur de la buena voluntad o los medios disponibles en cada Ayuntamiento la forma de prestar el obligado servicio de seguridad ciudadana.

Rodríguez insistió en que la realidad supera el marco legislativo; es decir, que las leyes van por detrás de lo que pasa en la calle y en las jefaturas. Ejemplo de esto: la Policía Local, como su nombre indica, tiene competencias "locales", de modo que no podría intervenir, dado el caso, en lugares del término municipal distintos al caso urbano; pero lo hace en virtud de convenios suscritos -al menos en Avilés- con la Guardia Civil y la Policía Nacional.

"Esta situación de falta de seguridad jurídica en la regulación de competencias de las policías locales es fruto de la falta de desarrollo reglamentario, cinco años después, del texto de la Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local. Tampoco se han desarrollado en el ámbito autonómico las pretendidas normas homogeneizadoras de las policías locales; ley en mano, por no saber, ni se sabe qué ayuntamientos y en qué condiciones deben tener policía local", manifestó el ponente, crítico con situaciones surrealistas como la existencia de policías locales formadas por un solo agente.

Rafael Rodríguez, en otro orden de cosas, rompió una lanza en favor del trabajo -"muchas veces infravalorado"- que hace la Policía Local para vigilar, ordenar y gestionar el tráfico: "Frente a los 300 muertos al año por homicidios en España hay 1.800 muertos en accidentes de tráfico. Creo que el dato habla por sí solo de la importancia que debemos a la seguridad vial".