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El georradar, incapaz de certificar la existencia de una fosa común en La Pinera

"La incógnita podría resolverse con catas y sondeos", asegura el informe del Principado

La zona donde se ubica la fosa de La Pinera, al fondo. RICARDO SOLÍS

Las prospecciones con métodos de georradar en la zona de La Pinera, donde los testimonios orales ubican una fosa común de la represión franquista, no han dado resultados que permitan concretar su existencia. Según se desprende del estudio encargado por el Gobierno regional, esa incógnita solo "podría resolverse mediante técnicas intrusivas, como catas o sondeos arqueológicos" en la zona, ahora cercada por las obras de construcción del enlace al parque empresarial Principado de Asturias (PEPA). Los responsables del estudio recalcan que durante la campaña observaron "numerosos elementos que disminuyeron notablemente la efectividad de los métodos geofísicos para identificar fosas comunes". "Se encontraron numerosas zonas con basuras y escombros, llegando a alguno de los sectores a alcanzar alturas de unos dos metros. Además, se encontraron elementos metálicos diseminados por la mayor parte de la zona de estudio, lo cual perjudicó la caracterización de la estructura del terreno", expone el documento.

A la vista de la falta de concreción del informe técnico, los miembros del grupo de memoria de la fosa de La Pinera han pedido ya a la Consejería de Presidencia que hable con la Universidad de Oviedo para que su grupo especialista en memoria histórica, encargado en su día de redactar el mapa de fosas comunes del Principado, elabore un informe basado en los testimonios recabados en su momento para determinar la ubicación del enterramiento, en el que se calcula que hay entre dos y cuatro cadáveres, y lo coteje con el nuevo estudio del georradar.

"El informe es muy técnico y nosotros no podemos interpretar sólo con él si se pueden o no hacer catas o dónde se podrían abrir. Por eso, queremos que la Universidad haga ese trabajo interpretativo y que luego nos reúnan en Oviedo para explicarnos todas las conclusiones", apuntaron ayer desde el colectivo de memoria avilesino.

El Principado encargó el informe al experto Javier Olona, que ya advirtió desde el primer momento de la dificultad de obtener conclusiones contundentes por las propias características del terreno a analizar. "El estudio requerido es más fiable en aquellos entornos en los que las fosas comunes son el único elemento disruptivo del suelo natural, y este aspecto parece no cumplirse en la parcela de estudio", expuso el especialista.

Dudas

Tras la realización de las prospecciones, el experto deduce que una "notable parte" de las anomalías geofísicas detectadas tras pasar los diferentes métodos geofísicos "responden a elementos antrópicos (residuos, escombreras y estructuras viarias), siendo imposible determinar si bajo los mismos puede encontrarse una fosa común".

"Cabe resaltar que la mitad sur de la parcela no presenta rasgos significativos que puedan indicar la presencia de una fosa. Sin embargo, en la mitad norte, aparecían anomalías, en su mayor parte notablemente sutiles, que sugieren la excavación o re-movilización del terreno. Cabe destacar que, con carácter general, en esta mitad norte abundan en mayor grado escombros y estructuras antrópicas que podrían dar respuesta a estas anomalías. Sin embargo, no se descarta que también pueda estar asociadas a fosas comunes", señala el documento técnico.

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