Unos 350.000 hogares del estado alemán de Mecklemburgo-Pomerania Occidental se nutren de energía renovable gracias a Wikinger, el primer parque eólico marino 100% español impulsado por Iberdrola y con marcado sello asturiano. La compañía avilesina Windar, en UTE con Navantia, suministró dos tercios de cada uno de los 70 eólicos que conforman Wikinger, unas estructuras colosales que desafían la fuerza del viento y el oleaje del Báltico a 75 kilómetros de la costa y ancladas a entre 37 y 43 metros de profundidad. Su tamaño impone: cada eólico (desde el anclaje al fondo marino hasta la pala) tiene tanta altura como la torre Eiffel y triplica la del Big Ben londinense. El primer proyecto de la UTE Windar-Navantia se encuentra a pleno rendimiento y se viste hoy de largo con la inauguración oficial en el puerto de Sassnitz.

Buena parte de las estructuras que dominan el Báltico salieron de Avilés y fueron fabricadas con acero asturiano de la multinacional Arcelor-Mittal. En los talleres del parque empresarial avilesino se fabricaron entre septiembre de 2015 y mayo de 2016 los pilotes que anclan y sustentan las estructuras conocidas como "jackets" al fondo marino: 116 tubos cilíndricos de 2,7 metros de diámetro con diferentes longitudes y pesos (desde 22,5 metros y 72 toneladas a 46 metros y 136 toneladas).

Windar también fue la encargada de fabricar los nudos bajos de la estructura de la Jacket con los pilotes que la sustentan al fondo marino. En total fueron 116 las estructuras que salieron de los talleres avilesinos hacia el astillero gallego de Fene, para que Navantia pudiera integrarlos en la fabricación final de la infraestructura que reposa en aguas nórdicas.

Avilesinas son también las piezas de transición, los elementos estructurales que conectan las Jacket con los WTGs. Del PEPA salieron hacia Galicia 29 cilindros fabricados en un año (entre mayo de 2015 y el mismo mes de 2016). Y la parte más visible: las setenta torres que sustentan las turbinas de 5 megavatios que suministró Gamesa.

Para la fabricación del proyecto Wikinger de Iberdrola, la UTE Windar-Navantia empleó unas 600.000 horas de trabajo y en momentos de picos de producción de las estructuras se alcanzaron las 500 personas.

Al puerto alemán de Sassnitz comenzaron a llegar las primeras jackets a finales de la primavera de 2016 procedentes del astillero ferrolano. Iberdrola conectó a finales de 2017 el parque, de 350 megavatios de potencia, a la red eléctrica nacional, y ahora culmina su puesta en marcha con la inauguración oficial.

Wikinger es un proyecto emblemático para Iberdrola, pero la compañía avanza ya en otro parque eólico marino que se convertirá en el mayor del mundo. Se trata de East Anglia One. Contará con 102 aerogeneradores gigantes fijados a 45 metros de profundidad en el canal de La Mancha. El anclaje vuelve a ser asturiano. Windar Renovables suministra desde Avilés 126 pilotes de 150 toneladas cada uno para cimentar los "jackets", las estructuras submarinas de tres patas que sirven de base para las torres eólicas.

Iberdrola confía en Windar. "La alianza Navantia Windar ha sido muy buena. Hemos visto el producto final y la forma de trabajar, han sido competitivos, han suministrado producto de calidad, con cumplimiento de programa... Su aportación ha sido muy positiva", señaló ayer el responsable del proyecto Wikinger de Iberdrola, Estanislao Rey-Baltar.