Aarón Zapico y Emilio Moreno le dan vida nueva al compositor italiano Luigi Boccherini mañana domingo (13.00 horas) en el Niemeyer porque "no es uno de los compositores más programados, pero sí de los que más se lo merecen", explicó el también componente de "Forma Antiqva". Zapico y el violinista Emilio Moreno llevan toda la semana en Asturias: de Gijón, a Mieres y de esa localidad, a Avilés. Y siempre con el toscano de nota en nota.

"La música barroca está más cerca de lo que su nombre da a entender", señala Zapico por teléfono, unas pocas horas antes de volver al escenario de Mieres. "Por la mañana, estuvimos tocando para estudiantes", añade. "La cercanía es mayor que una sinfonía romántica", subraya el músico de gira. "Con 'Forma Antiqva', que es lo que hago con mayor frecuencia, no me pasa que pueda mantener una gira en Asturias. Creo que esto lo logramos por un esfuerzo de todos: de quien te contrata y el tuyo, que te han contratado", apunta el músico, que considera que los profesionales de su gremio "y todos los artistas" deberían tener una presencia mayor en el sistema educativo y en el día a día porque esa, cree, es su carencia. "El arte nos civiliza, no lo podemos negar", remata.

Zapico, como instrumentista, asegura que "no se puede quejar", que vive de lo que lo que le gusta hacer y, por eso, está "muy contento". Entiende, sin embargo, que su profesión está depauperada "por la influencia de los 'talent shows'". "Quieren hacer creer que es fácil ser cantante en unos pocos días", relata. "No sé si realmente estamos mejor los músicos con respecto al siglo XVIII, aunque creo que sí", concluye con una sonrisa.