El estado de abandono del viejo geriátrico de Rivero no solo afecta al edificio ubicado frente a la entrada del parque Ferrera, también causa daños a la casa contigua, principalmente, derivados de humedades. El joven Pelayo Fernández habita en una de esas viviendas dañadas. Ya el año pasado tuvo humedades en su casa y en su portal, telefoneó al seguro, habló con el Ayuntamiento y dio más pasos para intentar buscar una solución. La situación permanece igual porque las humedades han vuelto a aparecer hace semanas. "Ya tuvimos que pintar la escalera, pero el problema va a más, el tejado está inundado y exigimos que haya una solución lo antes posible", destaca el vecino. "El edificio del geriátrico está en una situación infame", añade. Como es obvio, las humedades surgen en épocas de lluvias copiosas. Además, se han producido varios desprendimientos de la fachada.

El edificio del desaparecido centro de mayores está en venta desde 2017. La obra del arquitecto Manuel Busto es ahora propiedad de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria), también llamado "banco malo". Desde hace más de un lustro sin uso, el inmueble ha ido paulatinamente degradándose. Las caídas de cascotes del techo de la zona con soportales es una constante, cuestión que ha llevado a la Policía Local en más de una ocasión a acordonar la zona para impedir el paso de viandantes. "Hace falta que coloquen vallas, las cintas se arrancan", señalan los vecinos que diariamente pasan por la zona y ven el abandono del edificio. "No está visible, pero el muro de carga debe de estar también afectado", señala Pelayo Fernández, que clama por una solución inmediata que puede ir a mayores.