Nicolás Terrados (Espelúy, Jaén, 1958) dirige en Avilés la Unidad Regional de Medicina Deportiva. Organiza, junto a otros profesionales y la Fundación deportiva municipal, la VI Jornadas "Deporte y Salud" que entre ayer y hoy debaten sobre los apoyos a los deportistas de alto rendimiento, la problemática de los reconocimientos médicos y la implementación de la "receta deportiva" -la prescripción de ejercicio físico para algunas dolencias- en otras partes de España.
- ¿Se puede exportar el entrenamiento de Saúl Craviotto a una persona que no compite a alto nivel?
-No, son campos diferentes. No se puede extrapolar ese entrenamiento a cualquiera. Aunque al explorar a los Fórmula 1, encontramos ciertos datos que se pueden aplicar a las personas normales. Analizando a deportistas de élite sabemos que hay zonas de ejercicio donde movilizan más la grasa o más glucosa. Eso lo aplicamos en la receta deportiva a enfermos que necesitan quemar grasa o que deben quemar glucosa.
- En Avilés se está consolidando la receta deportiva para hasta 26 enfermedades. ¿Será salir a correr un tratamiento en unos años para la depresión?
-La depresión es una de las enfermedades que están en esa lista. En ese caso concreto, más que salir a correr, recomendamos actividades en grupo. En determinados casos, la zumba ayuda a la medicación a curar la depresión. Está demostrado que la gente que hace ejercicio, el porcentaje de tener depresión es menor que la gente que no lo hace. Las mujeres que hacen ejercicio físico, estadísticamente, tienen menos posibilidades de tener desarrollar un cáncer de mama. También se sabe que la gente con cáncer y hace ejercicio tiene más posibilidades de supervivencia.
- La ansiedad y el estrés laboral son dos de las enfermedades más comunes en nuestro país. ¿Llegará el momento en que los trabajadores tengan que salir de su puesto para hacer deporte?
-Hay empresas que ya están fomentando el trabajo físico en sus trabajadores. Incluso hay primas especiales para quienes hace ejercicio físico.
- La ventaja de la receta deportiva es que el paciente va a tomar menos medicamentos. ¿Esto cómo va a sentar a la empresa farmacéutica?
Desde el punto vista médico lo que nosotros queremos es que las personas estén más sanas. Las personas que hacen actividad física tienen un gasto menor en el sistema sanitario, que ronda los cincuenta euros al año. Eso es mucho dinero. Tienen menos problemas y si gastan menos, es mejor. Hay datos que demuestran que, a más actividad física, más ahorro sanitario. No solo será ahorro... sino alivio para un sistema más congestionado de la cuenta.
- En Avilés, son ustedes pioneros con la receta sanitaria. ¿Cómo se puede exportar ese modelo por las diferentes regiones de un país si cada una tiene su propio modelo sanitario?
-Esa es una buena pregunta. En la sesión de hoy, lo vamos a discutir. En Asturias, está la receta sanitaria, pero en Alcobendas o en Menorca tienen sus métodos. Es uno de los retos a los que nos enfrentamos. En Cataluña, la apuesta es más grande y quieren tener en los propios centros de salud especialistas en medicina deportiva, mientras que aquí el enfoque es que el médico de primaria da la receta y cuando no sabe qué ejercicio prescribir es cuando lo deriva al especialista. En el caso de Avilés es al centro de medicina deportiva. Hay que discutir cual es el modelo más eficiente, pero desde luego, esta es una iniciativa que tiene que funcionar a nivel nacional.
- Los casos de muerte súbita en España y en Asturias están recientes, sobre todo en el fútbol. ¿Cómo se pueden frenar estas situaciones?
-Es una de las problemáticas de esta jornada. En Italia, hay muchos menos casos de muerte súbita que en España, cuando la dieta y los genes son muy semejantes. La explicación que dan los especialistas es que allí los reconocimientos médicos, en los que se hace un electrocardiograma, son obligatorios y aquí no. Allí se detectan estos problemas, los que se pueden detectar claro está, y la gente no fallece de repente. Si bien, por desgracia, hay ciertos problemas de corazón que son indetectables. Pero son los menos, otros se detectan con un electrocardiograma. En nuestras conclusiones, vamos a propugnar sean obligatorios para los que van a competir.
