Los juegos de mesa entretienen y también favorecen el aprendizaje. Con esta premisa, la Asociación de Madres y Padres del colegio público Versalles celebró ayer un taller dirigido a niños con edades entre los seis y doce años que impartió la firma especializada "La orden del cisne".

"A través de estos juegos, elegidos en función de las edades, los niños desarrollan distintas competencias, desde aprender a manejar tiempos, respetar turnos, reconocer colores, o hacer cuentas, a saber ganar y perder; no pasa nada por perder una partida", indica Ángel Galindo, gestor de la actividad y persona a la que acudió el Ampa del colegio público de Educación Infantil y Primaria en busca de orientación para el desarrollo del taller que nace con visos de continuidad y la idea de poder incluirlo en el horario lectivo.

El ambiente que reinaba ayer en la sala que acogió a los jóvenes daba muestra de la atracción que despertaron los juegos entre los pequeños, sobre los que volcaron todo el interés. Acompañados algunos de sus familias, centraron la atención en títulos como "Potion Explosión", una serie de canicas al estilo "Candy Crash"; "Magic Maze Kids", con el que los niños actúan de forma cooperativa para llevar a los personajes por un laberinto, y "Cocoricó", que une la memoria al movimiento de las imágenes de unas gallinas. También se concentraron con "Azul", ganador del premio al Mejor juego del año y en el que los jugadores tienen que construir paredes de azulejos siguiendo unos patrones determinados.

"Hemos elegido juegos de mesa modernos, lejos de los tradicionales Monopoly o Trivial, no son electrónicos, se adaptan a las diferentes etapas de desarrollo y pueden ser de memoria, de reconocimiento de imágenes o con estrategias", manifestó Galindo, que inició la actividad enseñando a los niños cómo afrontar cada uno de los modelos para que sean ellos los que posteriormente explicen las normas de los juegos a sus familiares y amigos. "Así aprenden también a pensar y a enseñar ", concluyó.