Luis Fernando Gijón acaba de coger las riendas del centro integrado de Formación Profesional (CIFP) de Avilés, el mayor de Asturias con 1.600 alumnos. Sustituye en el cargo a Gerardo García-Rovés, recientemente jubilado y a quien acompañó en el anterior equipo directivo desde la jefatura de estudios.
-¿Qué aspira conseguir en esta nueva etapa ?
-Mantener las líneas generales de actuación que se vienen desarrollando, poner en valor el trabajo y la actuación del centro en lo que respecta a su contribución al desarrollo de la comarca, poner el foco en el CIFP como elemento de mejora de la calidad de vida por su influencia en la formación para el empleo, y mantener y mejorar, en la medida de lo posible, la oferta formativa y su adaptación a las necesidades del mercado laboral.
-¿Cuáles son las necesidades del centro a corto y medio plazo?
-A corto plazo, más espacio para poder desarrollar los contenidos formativos que impartimos; a medio y largo plazo, una actuación integral en todo el centro. Tenemos un problema muy serio de infraestructura porque el edificio fue construido para la Formación Profesional de los años 50. Las aulas son pequeñas, los talleres no son los más apropiados para las especialidades que hemos incorporado, la sociedad y los empresarios nos demandan más puestos formativos, pero el centro está en el tope de su capacidad y es necesaria una actuación importante. Somos conscientes de que la oferta educativa en Avilés es muy amplia y diversa, y debemos congratularnos por ello, también que desde cada una de esas instancias formativas se demandan mejores medios y equipamientos, pero ante la imposibilidad de dar respuesta inmediata a todas ellas, es necesario priorizar, y en estos momentos, sinceramente creo que es prioritaria una importante actuación en nuestro centro.
-¿Se adaptan las enseñanzas del CIFP de Avilés a las necesidades del mercado laboral?
-Todas las especialidades que impartimos tienen una implicación directa en el tejido empresarial de la comarca, tanto desde el abanico industrial como en el de servicios, no en vano prácticamente todos nuestros ciclos formativos están al máximo de su capacidad, lo que supone que estamos respondiendo a las expectativas del alumnado y de las empresas.
-¿Es suficientemente práctica y flexible la metodología de la FP para conectar al alumno con la vida laboral?
-Si no fuese así, tendríamos que dedicarnos a otra cosa. El referente de todo formador en la FP es el mundo laboral, nuestro objetivo es conseguir que los alumnos alcancen una cualificación que les permita tener las mejores competencias para acceder al trabajo, con los mejores conocimientos en función de los distintos niveles de cualificación, o dicho de otra forma, de los distintos puestos de trabajo a los que se vaya a acceder. En las horas de formación, los talleres o las aulas-taller, donde se desarrollan los contenidos que podríamos denominar como prácticos, mayoritariamente están diseñados para que el alumnado se sienta como si estuviera desarrollando el trabajo en una empresa.
-¿La tan publicitada FP dual cumple las expectativas con las que nació?
-La FP dual es la combinación de la formación combinada en el centro educativo y en el productivo (empresa). Bajo esa perspectiva la FP que se está impartiendo ya es dual, puesto que de las 2.000 horas que tiene de duración un título, al menos 380 se desarrollan en la empresa a través del módulo de Formación en Centros de Trabajo. Asimismo, se están implementando esas 380 horas de estancias formativas en las empresas, pudiendo llegar hasta las 1.000, aunque esto suponga un esfuerzo adicional por parte del alumnado, que requiere la realización de estas horas con posterioridad a su jornada en el centro. Por lo que se refiere a la FP dual, es aquella que supone el aumento de 2 a 3 años la duración de los ciclos formativos en el que el primer curso se desarrolla íntegro en el centro y los dos siguientes, tanto en éste como en la empresa. Estamos preparados para afrontarlo, pero se necesitan dos cosas: los puestos formativos en los centros y los puestos productivos, y estos últimos son los que requieren la implicación del mundo empresarial.
-¿Es necesario potenciar más la FP como alternativa a la universidad?
-Quizás poca gente sepa que hoy en día, en Asturias, es mayor el número de alumnos matriculados en FP que en la Universidad. Ambas son imprescindibles, se necesitan cubrir distintos puestos de trabajo con distintos niveles de cualificación; esto es lo que se necesita transmitir a la juventud.
-¿Existe conexión entre el centro y los institutos o colegios para orientar a los alumnos de Secundaria y Bachiller?
-Recibimos anualmente la visita de la mayoría de los centros de Secundaria de la comarca que vienen a conocer nuestras instalaciones y la oferta formativa, y cuando no pueden venir, profesores de este centro acudimos al suyo para participar en jornadas de orientación o charlas con el mismo objetivo. Al mismo tiempo, mantenemos una fluida relación con los orientadores de todos los centros educativos de la comarca, en lo que respecta a la información sobre nuestra oferta, las formas de acceso a la misma y aquellos aspectos relacionados con la Formación Profesional.
-El nivel de abandono en la Formación Profesional es muy bajo, ¿a qué se debe?
-Fundamentalmente a que el alumnado está formándose en un campo que él ha decidido porque le gusta o porque considera que puede conseguir el acceso al mundo laboral. Otra de las razones es porque el periodo de formación es corto, 2.000 horas que se desarrollan en dos cursos y con enseñanzas muy prácticas y relacionadas con ese ámbito. También porque al final del segundo curso tiene un periodo de formación en centros de trabajo que le pone en contacto con las empresas y con los puestos de trabajo en situación real. Todo esto hace que el alumnado de FP esté más motivado y conoce que su esfuerzo va a tener "premio".
-En una comarca tan industrial, ¿optan los jóvenes por emprender su propio negocio?
-Son los menos, si bien en todos los ciclos formativos se imparten dos módulos profesionales denominados Formación y Orientación Laboral, en primer curso, y Empresa e Iniciativa Emprendedora, en segundo, en los que se trabaja la cultura emprendedora y el autoempleo.
-¿La crisis ha dado un impulso a la FP?
-Creo que ha contribuido a poner racionalidad en el mundo laboral. Se ha puesto en valor la necesidad de técnicos y por ello se están valorando mucho más positivamente por su cercanía al mundo laboral a los titulados en Formación Profesional. Sin que esto signifique que no haya necesidad de titulados universitarios, todo lo contrario, creo que las empresas se han dado cuenta que contratar a trabajadores con la cualificación ajustada al perfil de cada puesto es la mejor solución.
-¿Hay alguna autonomía o país que sea un ejemplo a seguir en el modelo de la FP?
-Siempre se habla que si los vascos, los catalanes o los gallegos tienen una buena estructura de Formación Profesional. Creo que en Asturias se está impartiendo una FP de calidad, que se está haciendo una apuesta importante por esta formación y que en conjunto no tenemos nada que envidiar a nadie, sin que esto signifique que no tengamos que seguir haciendo esfuerzos por mejorarla.
-¿Quiere decir que está ganando imagen y protagonismo o todavía requiere un impulso?
-Es cierto que en los últimos años a través de las distintas campañas sobre la Formación Profesional se habla más de ella, y eso lleva consigo una mayor y mejor imagen, también es cierto que la actual denominación del Ministerio de Educación y Formación Profesional, contribuye a ello.
