La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ORLANDO CASARIEGO | Empresario astur-estadounidense

"En los negocios es preferible asociarse que ir solo: menor riesgo y mejor entendimiento"

"La política no influye en el curso de las empresas porque pasa demasiado tiempo entre las palabras bonitas y su materialización"

Orlando Casariego. MARÍA FUENTES

El empresario norteamericano, de origen asturiano, Orlando Casariego (Orlando, Florida, 1964) participó como invitado principal la semana pasada en la última reunión del club ABC de Avilés que preside el abogado Luis Suárez Mariño. Antes de todo eso, atendió a LA NUEVA ESPAÑA en la sala de juntas del despachado del letrado avilesino.

- ¿Asturiano, cubano, norteamericano...?

-Soy norteamericano, mis padres son cubanos, pero mis raíces, de muchos años atrás, me hacen considerarme más asturiano que nada. Mis amigos en Miami, que han visto lo que he hecho, también tienen su raíces españolas: gallegos, valencianos, asturianos, cántabros?

- Usted proviene de Tapia de Casariego.

-Sí, de allí.

- ¿De qué época hablamos?

-Hombre, el Registro llega al siglo XVIII, que son unas cuantas generaciones atrás. Cuando yo saqué mi ciudadanía tuve que llegar al catastro?

-¿...el Registro?

-El Registro, sí. El de Tapia de Casariego. Empecé a buscar mi pasado a partir de la fecha de nacimiento de mi abuelo. No quería molestar, pero encontraron mis raíces muy antiguas. Hicieron la copia, pusieron el sello, llegué a Miami, al consulado. Mi papá también hizo lo mismo. Y yo soy español.

- O sea, ciudadano norteamericano y ciudadano español.

-Para viajar por todo el mundo siempre uso el pasaporte español.

- Usted es empresario y sus negocios están en Estados Unidos.

-Siempre en los Estados Unidos.

- ¿Tiene pensado abrir en España?

-He hablado no tanto de abrir como de asociarme. La asociación siempre es mejor: tiene menos riesgos y mejor entendimiento. Estoy invirtiendo aquí: compré piso en Tapia de Casariego, en un edificio nuevo.

- Se mueve en el sector de la construcción.

-La construcción es lo principal. Mis trabajos son muy específicos: hormigón de infraestructuras. Hablo de plantas de tratamiento de aguas, aeropuertos, muelles?

- Algo parecido al Centro Niemeyer.

-Eso me encantaría. Todos lo encofrados que usted ha visto, nosotros los podemos reproducir.

- ¿Estamos en un nuevo boom de la construcción?

-No, qué va. En lo que hacemos nosotros no ha habido mucha caída, pero tampoco mucho boom. Es una cosa muy estable. Porque estamos hablando de obras públicas. Lo que sucede es que cuando hay una caída económica, las empresas del sector privado vienen al sector público, pero no funcionan. No entienden lo rígidos que son los requerimientos. Nosotros casi no podemos trabajar en el sector privado porque nuestra cultura se ha hecho a lo público: a las reglas más agravadas.

- ¿Dónde invierte usted?

-Soy accionista en Alhambra Partners, aunque no tengo actividad ninguna en ella; es la empresa que maneja nuestros fondos. Mi trabajo principal está en la empresa constructora, en 3C, que somos los tres hermanos Casariego. Los tres nos formamos en la Primaria y Secundaria en los Jesuitas y estuvimos en la misma Universidad, en Nueva Orleans, antes del "Katrina".

- ¿Estudiaron con perspectiva de futuro?

-Somos un ingeniero civil, un ingeniero mecánico y un arquitecto. Nosotros siempre quisimos ser empresarios.

- El presidente Trump según llegó habló de un plan de obras públicas. ¿Se ha llevado a cabo o se quedó en agua de borrajas?

-La política no influye en los negocios porque hay demasiado tiempo entre las palabras bonitas y su materialización en la realidad. Hoy día, En Estados Unidos, se están viendo los resultados de los pasos que dio Obama en la ayuda de la crisis: diez años después. Están en marcha ahora los programas que él diseñó para tratar de salir de la crisis... ¡la de 2008! La política no tiene ningún efecto sobre el mundo de los negocios.

Compartir el artículo

stats