La violencia sexual hay que combatirla entre toda la sociedad, hay que poner todos los recursos necesarios tanto para atender a las mujeres y menores víctimas de esa lacra y, además, potenciar campañas de formación y sensibilización. Esas líneas recoge el nuevo protocolo contra a violencia sexual del Principado, elaborado por Yolanda Fontanil y Ángeles Salcedo, profesoras de la Universidad de Oviedo, que hace hincapié en todas las medidas, en todos los ámbitos posibles (policial, judicial, servicios sociales, educación...), que hay que poner en marcha en la región para una mejor atención a las agredidas ya que ahora, denuncian a tenor de las encuestas que han realizado para hacer el informe, hay "descoordinación" entre los diferentes servicios y escasez de recursos.

Entre otras prioridades de acción, el protocolo, presentado ayer en Avilés, aboga por crear un servicio de atención urgente a las víctimas durante las 24 horas del día. Éste, una vez que una mujer acuda, activaría "simultáneamente todos los recursos: sanitarios, policiales, médicos forenses, servicios sociales...". "Habría mucha más agilidad", apuntó Ángeles Salcedo.

Proponen también un servicio de atención psicológico continuo a las víctimas, decidan o no seguir por la vía judicial, y crear la figura de la delegada de igualdad en la empresa, que sería la encargada de identificar supuestos casos de violencia sexual en los centros de trabajo y actuar en consecuencia. En el protocolo, también se incluye la puesta en marcha de recursos específicos para víctimas con discapacidad, menores, del colectivo LGBT... "Todas las víctimas, sean mujeres o menores de edad, tienen que tener servicios cercanos a sus domicilios a los que poder acudir de manera inmediata", aseguró Salcedo. Sobre todo, lo que reclaman las expertas, es que ese acceso a los recursos y servicios de apoyo "sea sencillo".

"El trabajo no sólo consistió en hacer un protocolo estándar sino que lo aborde de forma integral. No contiene solo procedimientos sino también sugerencias en las que se necesita la coordinación de las diferentes consejerías del Principado, las instituciones de justicia, las fuerzas de seguridad, los medios de comunicación...", explicó Fontanil. Y añadió: "Entre todos tenemos que buscar soluciones y sumar esfuerzos". Y es que, lamentaron, en la sociedad "hay muchas prácticas machistas que están normalizadas". Por ello, Fontanil y Salcedo consideran "clave" la formación y la sensibilización y de ahí que le den mucha importancia a la educación sexual en el currículo educativo y a la formación de los profesionales que trabajan con las víctimas para conseguir "un clima de confianza con la mujer y, sobre todo, "evitar la revictimización". Consideran que hay que incluir la perspectiva de género en la justicia y en la policía.

Apostaron también por la redacción de guías y programas contra la trata y la prostitución. "La industria de la pornografía adiestra a los varones en el empleo de la violencia para satisfacer sus deseos sexuales. Ahora, hay cierta indulgencia para los consumidores sexuales y habría que cambiar el lenguaje. A los consumidores había que llamarlos 'prostituidores' y a los empresarios de los negocios del sexo, 'proxenetas'", aseveraron las profesoras.

En el protocolo también se abordar el "escabroso tema del consentimiento y el uso de la fuerza". "Para que la sociedad funcione, todos tienen que entender que cuando se dice no es no y si se dice que sí, es cuando hay consentimiento. La sumisión y el silencio no implica consentimiento", aseveró Fontanil.