Después de cuatro horas de toma y daca entre la representación legal de los trabajadores de Alcoa y la dirección de la multinacional en España, la primera reunión de trabajo convocada en el marco del periodo de consultas previo a la pretendida aplicación de un expediente de extinción de empleos (ERE) ha finalizado sin acuerdo alguno; es más, sin avances ni sintonía alguna entre las partes. "Salimos de la reunión igual que entramos", resumió un sindicalista.

Por parte de Alcoa, el interés estuvo puesto en comentar los pormenores del informe técnico que la multinacional esgrime para llegar a la conclusión de que debe cerrar sus fábricas de Avilés y La Coruña debido a las pérdidas que le generan. La réplica sindical incidió en denunciar la presunta ilegalidad del pretendido ERE y en pedir a Alcoa que haga caso a la recomendación de Trabajo y aba un periodo de negociaciones que no esté condicionado por plazo alguno y se abra a contemplar otros escenarios diferentes al del cierre.

Cada parte se mantuvo cerrada en banda en sus planteamientos y a la vista de la falta de avances se decidió suspender la reunión. La siguiente se celebrará dentro de una semana. Las espadas siguen en todo lo alto y el futuro de las fábricas de aluminio de Avilés y La Coruña, en el aire.