La Policía Local de Gozón está integrada por quince funcionarios, de los que trece se encargan de patrullar por el concejo. Este número de agentes hace inviable tener controlada a diario toda la zona rural, tal y como le gustaría al jefe del cuerpo armado, Santiago Cañal García. Por el momento, el cometido de la plantilla se limita a peinar al menos dos parroquias por jornada, independientemente de que en la ronda de vigilancia pueda suspenderse temporalmente por incidencias en otros lugares. "Cuanto mayor servicio ciudadano se pudiese dar, mejor. Pero hay que ampliar la plantilla progresivamente para que el servicio quede cubierto, no sufra altibajos y que la seguridad del agente esté cubierta", dice Cañal García.

Las patrullas por la zona rural del concejo se realizan a bordo de los dos vehículos de los que dispone la Policía Local. Se tratan de un turismo y un Suv. Con éste último se adentran en las zonas más complejas y, en el caso de que el terreno sea muy agreste, piden la colaboración de Protección Civil para que les apoye con un todoterreno, como ocurrió en jornadas de temporales. Estos vehículos se renuevan cada cuatro años a través de un contrato de renting.

Los cometidos de la Policía Local gozoniega, al margen de patrullar la zona rural, son muy amplios. El primer turno de agentes entra a las siete de la mañana y, automáticamente, se encargan de hacer una ronda de vigilancia por Luanco para detectar posibles incidencias por temporales o por ocupaciones de vía. Si hay novedades importantes, las trasladan al inspector, Cañal Fernández, que empieza su jornada laboral una hora después, y si no es así, comentan el asunto con la subinspectora.

Los agentes están en dos turnos: de siete de la mañana a tres de la tarde y de dos de la tarde a diez de la noche. El turno diurno controla, sobre todo, el tráfico en el casco urbano así como que se respeten los horarios de carga y descarga. Los integrantes del Cuerpo confían en refuerzos de cara al futuro para ampliar el servicio que prestan a los vecinos.