La afición por la literatura ha unido a tres mujeres que tras asistir a la presentación de un libro de una de ellas decidieron emprender un proyecto conjunto. Nacía así "Trío de damas", de Carmen Nuevo Fernández, Rosa Cordero Díaz y Virginia Gil Torrijos. La publicación, cuya presentación tiene lugar a las 19.30 horas de hoy, en el palacio de Valdecarzana, se estructura en tres partes y cada una reúne diez poemas y un relato de las tres autoras. Las vivencias y circunstancias propias del género femenino marcan la mayoría de los textos. "Cuando se van cumpliendo años compartes experiencias y ello te hace estar a gusto con otras mujeres", comentan al unísono Carmen Nuevo y Virginia Gil sobre el contenido del libro, mayoritariamente poético.

Sobre este género literario las tres escritoras coinciden en destacar el floreciente momento que viven los recitales poéticos. "Cada vez hay más y es porque la poesía condensa mucho y casa con el mundo que vivimos, tiene alto poder de análisis y precisión sobre las ideas", indica Virginia Gil. Como ejemplo de este buen momento, sus compañeras literarias se refieren a los slams (torneos de poesía), que proliferan en la región "y donde abunda la gente joven, lo que es muy positivo porque potencia su espíritu reivindicativo", dice Carmen Nuevo. Rosa Cordero, por su parte, pone de relieve la función que cumple: "Vivimos en un mundo de ruido y la poesía es un puño cerrado que te golpea".

Las redes sociales, afirman las tres autoras, favorece la difusión de la obra poética. Carmen Nuevo las califica de "una nueva revolución" y, según Virginia Gil, la abundancia de canales "la ha democratizado, la gente tiene total libertad para expresarse".

En cuanto al despertar de la afición por este género, todas consideran que "cuando te engancha es para siempre". Rosa Cordero recuerda que entró de lleno en la lectura de textos poéticos tras un viaje a Bruselas, donde encontró a un joven en el metro que le mostró y recitó poemas de Gil de Biedma, uno de los poetas españoles más relevantes de la generación de los 50. "Yo escribía poesía sin saberlo, pero el enganche emocional fue en la capital belga", dice.

En el caso de Nuevo, la poesía llamó a su puerta en plena juventud, etapa en la que disfrutó de largas e intensas horas en la biblioteca, enfrascada entre libros. "Entonces pensaba que era un bicho raro", relata. Para concluir, Virginia Gil comenta que el interés por la belleza, el sentimiento y la estética de la poesía puede despertar en cualquier momento de la vida. "A partir de entonces, es para siempre", concluye.