"La censura de Facebook a las fotos de gente desnuda que expone el Centro Niemeyer es un ejemplo más de la hipócrita moral estadounidense: el país que tiene la industria del porno más potente del mundo, paradójicamente, es capaz de vetar unas imágenes artísticas porque los modelos salen sin ropa". Así de categórico -e indignado- se muestra el sexólogo avilesino Iván Rotella, impulsor en su día del centro local de atención y formación sexual, al saber que la red social Facebook canceló la cuenta de la escritora asturiana Pilar Sánchez Vicente por subir imágenes de la muestra que se expone en el centro cultural de la ría de Avilés sobre la obra del fotógrafo estadounidense Spencer Tunick, célebre por sus instantáneas de desnudos colectivos.
A juicio de Rotella, "las imágenes de Tunick no pueden ser en modo alguno catalogadas como pornográficas; según el punto de vista de cada cual podrían ser eróticas, artísticas o un ejercicio de exhibición anatómica.... Pero material porno, nunca. Para que algo sea pornográfico debe de haber una actividad erótica explícita, ya sea masturbación o relación de índole sexual. Que una o varias personas posen desnudas ante un fotógrafo no es encasillable en ese concepto".
Desmontado el argumento con el que Facebook suele censurar prácticamente cualquier foto en la que las partes pudentas del cuerpo humano sean visibles, Rotella hace otra reflexión: "Moralizamos con un pezón pero exhibimos sin recato escenas de violencia, muerte o maltrato animal. Excuso decir lo que se ve en algunos videojuegos... Lo cual ratifica al sexólogo avilesino en el convencimiento de que "aún estamos muy necesitados de educación sexual; desgraciadamente, seguimos teniendo muy mala relación con todo lo relacionado con la piel, ya sea tocarla o verla, y eso que nacemos y morimos con ella puesta".
La escritora Pilar Sánchez Vicente fue expulsada sin más explicaciones de Facebook, pero incluso el Centro Niemeyer tuvo que ingeniárselas para poder difundir la exposición en esa red social sin ser víctima de la misma medicina. La solución vino en forma de pixelado de los pezones femeninos y los genitales de cuantas personas de ambos sexos salen en las fotos de Tunick. Eso sí, el "webmaster" del Niemeyer se tomó la licencia de explicar esa obligada manipulación fotográfica con cierto ánimo crítico: "Los pezones femeninos y los genitales están difuminados debido a las ridículas normas de Facebook".
