El comedor lleno hasta la bandera. Pasaban las cuatro de la tarde de ayer cuando Ovidio Rodríguez García anotaba la última comanda de su vida: cuatro raciones de sopa de marisco y otras tantas de merluza a la cazuela. Sentados en la mesa estaban, como en otras muchas ocasiones, cuatro amigos de Salinas que llevan muchos años frecuentando el establecimiento de Los Campos: Verónica Menéndez, Javier Soret, Moisés Murias y Beatriz Fernández. Los cuatro ensalzaron la calidad culinaria del local que ayer cerró sus puertas y hoy se encargará de dar servicio a sus clientes de siempre con los encargos de las cenas de Nochevieja.

La jubilación de Ovidio Rodríguez García abocó al cierre de Casa Ovidio, un negocio que arrancó hace 56 años de la mano de Ovidio Rodríguez Álvarez y Dorina García Valle, los padres del actual gerente, quien se puso el delantal junto a su hermana María Antonia cuando tenían poco más de diez años. De aquella, el establecimiento estaba pegado a la carretera y más tarde ampliaron para poder atender a la clientela con convites más numerosos en bodas, bautizos y comuniones, entre otros eventos familiares.

Toda una vida sirviendo manjares gastronómicos da para mucho. Rodríguez García recordó ayer visiblemente emocionado la fiesta que organizaron en el 50.º aniversario de Casa Ovidio. Y rememoró los años en que prepararon el catering de Arcelor cuando llevaban la residencia de La Granda: "Atendimos a muchas personalidades y a los Reyes eméritos cuando se inauguraron los hornos altos de Veriña", relató.

Ayer, Rodríguez García tuvo que doblar mesas. A los fogones, su hermana María Antonia, "Mary", y su mujer Felicísima Díez, "Tita", pusieron todo su esmero en el arte gastronómico para deleite de los comensales que ayer, más que nunca, ensalzaron la labor de estos tres hosteleros de raza. Como nota característica, Casa Ovidio les obsequió con una copa de champán para brindar en esta fecha tan señalada.

Rodríguez García no podía disimular la emoción que le suponía el estar sirviendo las últimas mesas de Casa Ovidio. "Aquí están hoy los de siempre, que vinieron expresamente porque hoy es el último día. Muchos ya me dicen que ahora a ver dónde van", comentó. Los comensales, a la hora de la fotografía de rigor de los tres baluartes de Casa Ovidio, improvisaron un gran aplauso como muestra de agradecimiento por el buen hacer de este negocio hostelero de Corvera que siempre ha tratado con sumo mimo el producto y la atención. El cierre del restaurante de Los Campos supondrá la pérdida de un referente culinario del concejo que ha dejado huella en muchos vecinos de la comarca de Avilés.