Vidal de la Madrid, autor del libro "Los Menéndez Camina y la arquitectura barroca en Asturias", que se presentó la tarde de ayer en el palacio de Camposagrado, ensalza la importancia de estos dos personajes. "Los Menéndez Camina desbancaron a los arquitectos cántabros en la edad moderna", comentó. Y es que por aquel entonces (entre 1670 y 1719), los avilesinos se hicieron con varios contratos importantes como la construcción del palacio de Revillagigedo y la capilla de San Juan Bautista, en Gijón; la casa García-Pumarino y palacio de Camposagrado (Avilés), la gran reforma del monasterio de San Salvador de Cornellana, la capilla de Santa Eulalia en la catedral de Oviedo, así como multitud de iglesias y santuarios como el de Nuestra Señora del Carbayo en Langreo.

El legado de los Menéndez Camina es desconocido por muchos pero tiene su razón de ser. "Se toparon pocas décadas después con el desprecio de los académicos que desarrollan el gusto por lo clásico, marginando el gusto barroco anterior. En Asturias, hasta los años 70, los Menéndez Camina fueron arquitectos desconocidos y arrastramos ese desconocimiento. Para los académicos, el arte barroco no contribuía a educar a la sociedad", concretó de la Madrid.

La obra de este catedrático en Historia del Arte de la Universidad de Oviedo no se limita a describir biográficamente a sus protagonistas. Va más allá. "En ella se conocen personajes de la época, lo que cobraban, lo que comían, con quién se casaban", desveló el autor antes de la presentación del libro, en la que estuvo acompañado por Carmen Álvarez-Rúa, directora de la Escuela Superior de Arte; Yayoi Kawamura, profesora del departamento de Arte de la Universidad de Oviedo; el historiador local Juan Carlos de la Madrid; y Yolanda Alonso, concejala de Cultura.

Otro detalle a reseñar sobre la vida y obra de Francisco Menéndez Camina y su hijo, Camina "El Mozo": "Fueron los auténticos protagonistas de la arquitectura barroca en Asturias y los que se hicieron con los contratos más importantes. Trabajaron prácticamente para todo tipo de clientela: la nobleza, las órdenes religiosas...", concretó De la Madrid.