"Háganlo público, no podemos hacer nada". Esta fue la solución que dio un agente policial a la vecina del barrio de Buenavista que requirió la presencia de una patrulla a la puerta de su domicilio para dar cuenta del destrozo que causó en su coche, aparcado en la zona, una ventana arrojada desde el primer piso del número 7 de la calle San José Artesano y que impactó contra el parabrisas del vehículo fracturándolo.

Dicho y hecho. La vecina en cuestión, que prefiere mantener oculta su identidad, ha decidido airear en las páginas de este diario la "pesadilla" que, según narra, viven los 40 vecinos de un bloque de pisos en los que la convivencia -según relata- se truncó cuando hace cuatro años ocupó una de las casas una pareja que desde entonces protagoniza continuas broncas, alborotos y actos violentos; el último, la ventana arrancada con su marco y todo de la pared y tirada a la calle, donde por fortuna no pasaba nadie en ese momento.

El polvorín vecinal localizado en la calle San José Artesano añade un tercer escenario a los focos de conflictividad vecinal activos en Avilés y no muy alejados los unos de los otros. Uno de esos lugares problemáticos es la calle Navarra de La Carriona, donde una familia tiene amedrentado al resto del vecindario e incluso hace unos días algunos de sus miembros se enfrentaron a los agentes de la policía que acudieron al lugar llamados para que pusieran fin a una fiesta de cumpleaños que, al parecer, se había ido de las manos.

El otro foco de conflictividad se halla en la calle Hermanos Soria del Carbayedo, más en concreto en el inmueble donde reside una familia a la que las demás acusan de alterar la paz vecinal y de no respetar las normas básicas de convivencia, en especial las relacionadas con el ruido y la propiedad ajena. Este caso derivó en coacciones y amenazas graves que fueron denunciadas por ambas partes y que, una vez llegadas al Juzgado, han sido motivo para la celebración de varias vistas, alguna de ellas concluidas con sentencias condenatorias para la familia señalada como "origen de los problemas".

La vecina que saca a la luz los problemas vecinales localizados en el número 7 de la calle San José Artesano asegura que el "incivismo" de los "vecinos tóxicos" viene de antiguo: presuntos robos de objetos pertenecientes al patrimonio comunitario, roturas de buzones, encierro de animales en el trastero sin darles alimento ni bebida, intentos de "colarse" en casas ajenas aprovechando un descuido de los propietarios con las llaves... "Cada vez que entro en el portal tengo miedo. Si por un casual me los encuentro, me acosan hasta que consigo zafarme de ellos... Y esto les pasa también a los demás vecinos, pero es tal el temor que tienen que prefieren mirar para otro lado, supongo que para no empeorar las cosas", relata la denunciante de esta incómoda situación.

La gota que colmó el vaso fue la rotura del parabrisas con la ventana arrojada al vacío, con el agravante de que, minutos más tarde, al pedir cuentas por el daño causado fue, según afirma, amenazada. "Todo eso y que cuando vino la policía me dijeran que no podían hacer nada , que lo hiciera público, que movilizara a la comunidad para presentar una denuncia conjunta o que fuéramos a poner una queja a no sé qué organismo; incluso me sugirieron hacérselo saber a la Alcaldesa... No daba crédito", relata la mujer, decepcionada por la respuesta de las fuerzas de seguridad.