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Cuarenta años sin el gran benefactor

Marcelino Rodríguez González del Valle impulsó el Museo Marítimo, mandó construir el órgano de la iglesia y donó un manto a la Virgen del Rosario

El 10 de octubre de 1979 falleció Marcelino Rodríguez González del Valle, por lo que este año se cumplen cuatro décadas de la pérdida de este gran benefactor del concejo de Gozón. Nacido a finales del siglo XIX, tuvo que emigrar con 13 años a Cuba donde tras pasar por las penurias propias de los emigrantes de la época, finalmente logró salir adelante y hacer fortuna con una plantación de azúcar. Sus padres eran Edmundo Rodríguez y Rosa González del Valle. El luanquín, al que apodaron "El Americano", se casó con la también emigrante Dolores Armada, de procedencia gallega.

La figura de Marcelino Rodríguez supuso mucho para su Luanco natal. En los tres viajes que realizó desde Cuba, "El Americano" donó 200.000 pesetas para que se hicieran los primeros locales del Museo del Mar, ahora denominado Museo Marítimo de Asturias, cuyo director es su sobrino nieto José Ramón López Gutiérrez. Precisamente una de las salas de este espacio cultural lleva el nombre de su progenitora, Rosa González del Valle, ya que Rodríguez declinó que apareciera el suyo como benefactor del mismo.

La aportación de Marcelino Rodríguez a Luanco también se refleja en la iglesia de Santa María. El órgano romántico que existe en el templo fue donado por "El Americano", quien costeó su construcción por la fábrica Amezúa y Compañía, de San Sebastián, con un precio de 202.500 pesetas. Un libro de fábrica de la iglesia plasma este hecho en palabras del que era párroco en 1957, Plácido Álvarez Álvarez, quien concluye su anotación así: "Dios le pague tanta generosidad y sirvan estas líneas para constancia perenne de nuestra más profunda gratitud". El órgano fue donado en octubre de 1956, pero no se estrenó hasta el 4 de febrero del año siguiente, día previo a la festividad del Socorro. Una placa conmemorativa instalada en un lateral del mueble recuerda la efeméride. Otra de sus donaciones conocidas es el manto de oro que luce la imagen de Nuestra Señora del Rosario, también en la iglesia de Santa María.

Su labor altruista caló en los vecinos y, por ello, una de las calles de Luanco lleva su nombre. El Pleno aprobó en la última sesión celebrada en 2018 incluir los apellidos González del Valle, tal y como pidió su familia, para diferenciar a este importante personaje que compartió con los vecinos de su villa natal su riqueza. Ahora, 40 años después de su fallecimiento, los luanquinos siguen recordando su buen hacer y su bondad y pueden disfrutar de sus donaciones tanto en la iglesia de Santa María como en el Museo Marítimo de Asturias.

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