Un cinco por ciento de los habitantes de Avilés ha nacido en el extranjero, según datos del instituto nacional de estadística (INE). Sin embargo, un tercio de los alumbramientos proceden de este colectivo. De los 660 niños nacidos el pasado año en la tercera ciudad asturiana, 220 tienen padres de origen foráneo. Odile Seraphine Atindehou es senegalesa y el pasado año tuvo un niño, Eric, que cumple seis meses el próximo 23 de enero. "Es un poco raro, somos muy pocos extranjeros. Estamos realmente sorprendidos con esos datos", señala Atindehou, acompañada por la también senegalesa Mati Mbaye y su hija, Ami Dong, que ronda el año.

Atindehou y Mbaye coinciden en que hacen falta niños y son conscientes de que los españoles apenas tienen hijos, sobre todo, en los últimos años. "Para los españoles, el bien material es el trabajo, el dinero y, para nosotros, el bien material son los niños y la familia. Los niños son el futuro y después de todo, viene la preocupación por el dinero", señala Odile Atindehou. Ambas senegalesas, de la ciudad de Dakar, tienen un hijo cada una y no dudan en afirmar que buscarán más a lo largo de su vida. "Ahora hay más niños -de padres de origen extranjero- que hace cinco años. Somos una comunidad pequeña, pero ahora no solo hay hombres, también hay muchas mujeres y, por supuesto, niños", señalan.

Ambas mujeres son jóvenes y, en ocasiones, dicen no entender cómo otras con más de cuarenta años y con recursos económicos suficientes no se animan a tener un hijo. "Nos cuesta entender que los españoles tengan pocos hijos, los niños son el futuro y son una bendición", recalca Odile Atindehou.

La población extranjera en Avilés ronda las 5.000 personas. La mayoría procede del continente americano. En segundo lugar, están los ciudadanos europeos y, tras ellos, los africanos, los asiáticos y, por último, los de Oceanía. Esa comunidad extranjera es la que, con su presencia, palía el bajo número de nacimientos en la ciudad, que apenas llega a la mitad de los fallecimientos. Odeil Atindehou y Mati Mbaye conocen a otras familias con hijos nacidos en 2018. Son varios pequeños y solo de la comunidad africana. "Los niños se adaptan muy bien con los españoles, jugando. Eso sí, en África los niños suelen jugar solos en la calle, aquí es diferente", apuntan para referirse después a que su comunidad se ha adaptado a las costumbres españolas y que apenas ha visto comportamientos racistas. "Los racistas demuestran pocos conocimientos, si tienes mundo no puedes ser racista", señala Atindehou, que una vez y otra vez destaca la importancia de la natalidad para mantener viva una sociedad sea africana, española o europea.

En Avilés, el envejecimiento de la población es palpable: mueren el doble de personas que nacen cada año. Además, hay que tener en cuenta que la franja de personas más numerosa es la de 55 a 60 años con casi 6.800 personas. "Con esos datos, se ve que los extranjeros somos necesarios para seguir manteniendo la natalidad. Eso sí, nos parece raro porque es que somos muy pocos", repiten una y otra vez Odeil Atindehou y Mati Mbaye.