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La Canal retoma el curso escolar sin servicio de vigilancia en el comedor

Los profesores tuvieron que encargarse ayer de servir los menús a los escolares y de velar por el orden en el recreo posterior a las comidas

Trabajadoras del servicio de vigilancia del comedor. JULIÁN RUS

El colegio La Canal retomó ayer el curso sin vigilancia durante el horario de comedor, servicio que usan más de un centenar de alumnos. Las seis trabajadoras que se encargan del cometido no pudieron ejercer sus funciones porque la Consejería de Educación rescindió el contrato con la empresa adjudicataria del servicio, La Productora. La dirección del centro, que prefirió no hacer declaraciones al respecto, solucionó el problema al instante y recurrió a la plantilla docente para que profesores voluntarios hicieran tales labores ante la falta de personal. Desde el Principado, comentaron que la figura de los profesores voluntarios para estos quehaceres "está prevista en la ley". "Esta cuestión se va a resolver de forma inmediata", concretaron.

Ayer por la tarde, la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de La Canal, Arantxa Crespo, comentó aliviada: "Me dijo la directora que mañana ya habrá otra empresa dando este servicio. Lo que ocurrió hoy fue una solución temporal. Estuvieron los profesores sirviendo los menús porque no había nadie para hacerlo". Crespo supo del asunto a través de la directora del colegio luanquín. "Me comentó que el servicio de vigilancia se renueva cada cuatro años y que en octubre, cuando empezó el curso, ninguna empresa quiso hacerse cargo del contrato. Entonces, la que estaba siguió el resto del año", concretó. Así las cosas, la primera jornada lectiva de 2019 sufrió este contratiempo que, afortunadamente, no supuso males mayores para los escolares.

Al otro lado, se encuentran las seis trabajadoras que prestaban el servicio de vigilancia hasta entonces. Dos de ellas, María Cristina García Granda y Ana María Vila Fernández, están contratadas como fijas discontínuas desde 1991 por sentencia judicial y por ello cada empresa que lleve el servicio tiene que subrogarlas. Ayer, las mujeres no sabían nada acerca de su futuro laboral. "Llevamos 30 años aquí y siempre nos subrogaron el contrato de una empresa a otra. No nos dijeron nada de si estábamos despedidas o no. Lo único que sabemos es que hoy no vamos a trabajar", comentó García Granda. Esta afectada por la ausencia del servicio de vigilancia en La Canal desveló que hace unos años su único cometido era mantener el orden en el recreo durante la jornada de comidas pero con el paso del tiempo les incluyeron la tarea de servir las mesas. "Eso antes, cuando había alumnos hasta octavo de EGB, lo hacían los chavales más mayores", concretó.

Tanto García Granda como Vila Fernández comían durante su jornada laboral en el colegio La Canal, pero eso también cambió a principios de este curso. "La Consejería nos dijo que no teníamos derecho a comer en el centro cuando en nuestro contrato inicial decía que sí podíamos", añadió. Las dos mujeres se vieron obligadas a no almorzar en el colegio a partir de octubre. En este caso, enviaron una circular al Principado para reivindicar este derecho laboral pero aún no han recibido respuesta al respecto.

Hoy, el colegio La Canal espera retomar la normalidad y contar con servicio de vigilancia durante el comedor. De lo contrario, van a tener que volver a recurrir a profesores voluntarios para que realicen este cometido o, en el peor de los escenarios, avisar a las familias de que se cancela el servicio; algo que esperan que no ocurra por ninguna de las partes.

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