"Las mujeres no somos vasijas, no somos contenedores. La gestación subrogada no es una técnica de reproducción asistida, es un contrato mercantil", señaló ayer Blanca Esther Aranda Rilo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Progresistas de Asturias, que impartió una charla en el Club de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés sobre los vientres de alquiler. La también bióloga dejó claro en la conferencia que los seres humanos "no tienen derecho a tener hijos", en tal caso tendrían "deseo": "Hay una diferencia entre el tener y el sentimiento de propiedad y el ser padres". "No existe ordenamiento jurídico alguno que diga que hay derecho a ser padre o madre", indicó la ponente, que puso encima de la mesa hasta los costes que supone la gestación subrogada en diferentes países, una cuestión que en España está prohibida, como en buena parte de los países europeos.

En la India, apuntó, los vientres de alquiler cuestan unos 10.000 euros, en Ucrania, 16.000 euros y en California, unos 120.000 euros. En ese último lugar, los padres solicitantes pueden llegar a decidir si será niño o niña, la alimentación de la madre gestante e incluso si esa mujer puede o no mantener relaciones sexuales. "Todo está regulado por contrato", apostilló.

Aranda Rilo se preguntó además qué razones pueden llevar a las mujeres ceder su cuerpo y su salud para gestar y ser vientre de alquiler. Después, indicó que las mujeres que acceden a la gestación subrogada "no tienen economías boyantes precisamente" y suelen usar ese dinero para, por ejemplo, "pagar la Universidad de su hijo". "Entonces la libertad y el altruismo no son tales, tiene libertad quien compra no quien cede su cuerpo y además, a ello se suma un cierto clasismo", abundó la bióloga, que no quiso pasar de largo las vinculaciones entre la mujer gestante y el embrión y el importante trasiego de información hormonal que se produce durante el embarazo. "La gestación subrogada también genera un proxenetismo reproductivo y es una violencia más contra las mujeres y otra manera de explotarlas económicamente, es una trata contra las mujeres con fines reproductivos", indicó.

Además, la presidenta de la federación de Mujeres Progresistas de Asturias puso las diferencias entre una adopción y recurrir a la gestación subrogada para ser padre o madre. "En el caso de los vientres de alquiler, el certificado de idoneidad y los trámites que se han de hacer para adoptar se sustituyen por el dinero, no todo el mundo puede permitirse esa situación", concluyó Blanca Esther Aranda.