Decía Manolo Preciado que "la mejor manera de respetar a un rival es marcarle todos los goles posibles". Esa es precisamente la idea que defienden las niñas del equipo alevín de Las Vegas. Colista en el grupo seis de su categoría, no han ganando ningún partido. Llevan 84 goles en contra y solo han metido 4. Son solo 14 jugadoras, pero que puedan jugar los partidos son diez. Y aún así no se desaniman y quieren seguir jugando y aprendiendo de su deporte favorito: el fútbol. "Tienen una fortaleza psicológica tremenda. Son luchadoras natas", explica Javier Berciano, su entrenador.

Este fin de semana se enfrentaron en La Marzaniella a Los Campos. En la Federación viene reflejado que el resultado fue un cero cinco en su contra. En realidad, perdieron por una diferencia de 14 goles. Estos resultados suelen ser la tónica habitual para ellas. Como también es habitual su casta y su coraje. "Ellas, cuando reciben el octavo gol, defienden igual que si van empate a cero. Nunca dejan de luchar", describe su técnico, que compagina su labor en Las Vegas como segundo entrenador del Regional del Femiastur y trabajando en la cantera del Hispano de Castrillón.

En esta categoría, ya todos los equipos conocen la situación de Las Vegas alevín. Muchas de las niñas que juegan están ante su primera temporada en fútbol siete y algunas de ellas, todavía en edad benjamín se enfrentan a su primera experiencia futbolística. Además, juegan contra niños que no solo son más mayores que las sino que tienen años de experiencia en el balompié.

"Los rivales lo saben y lejos de querer hacer sangre, muchas veces proponen juegos de posesión o que para marcar goles haya que meterlos con la pierna mala. Cosas así", describe el entrenador. Eso sí, que las chiquillas no se enteren. "Si se dan cuenta, se enfadan y piden que jueguen contra ellas a tope, como si fueran cualquier otro rival", añade el técnico.

Llevan cuatro goles esta temporada. El primero lo lograron marcan en la jornada número diez contra el Raíces. Un partido que por supuesto perdieron. Aún así, fue una fiesta esa diana. "Lo celebramos como Panamá cuando le marcó a Inglaterra en el Mundial de Rusia. Para nosotras fue una fiesta porque es el premio al trabajo y poco a poco se nota que vamos mejorando. Cada vez estamos más orgullosas de cómo competimos", apunta Javier Berciano.

Las entrega de las alevines de Las Vegas también recibe elogios del resto de equipos de la categoría. "Solemos llevarnos el aplauso del resto de equipo, todo el mundo se vuelca con estas niñas", puntualiza Javier Berciano sobre un equipo que entrena los martes y los jueves en La Marzaniella y que poco a poco va mejorando, pero sobre todo disfrutando del fútbol y dejándose la piel para disfrutar de su deporte favorito.