A Rosa Díaz Sirgo su mala salud le obligó a cambiar de casa. El edificio de Llano Ponte donde vivía carece de ascensor y no podía subir las escaleras hasta llegar al cuarto piso. En diciembre de 2017 decidió mudarse a un lugar mejor para ella en un piso de alquiler, en Puerta de la Villa, pero sólo tiene una pensión de poco más de 600 euros, así que optó por arrendar su propio piso para poder, a su vez, sufragar en el que vive ahora, por el que paga 380 euros. Pero todo salió mal. Su inquilina, una mujer con dos niños, le pagó la fianza y el primer mes; desde enero de 2018, apenas 200 euros más y acumula una deuda de 3.700 euros. El contrato estaba firmado por un año. "Ahora no puedo ni poner la calefacción en mi piso porque no lo puedo pagar y encima tengo que abonar también el agua y la comunidad del piso de Llano Ponte", lamenta Díaz Sirgo, de 74 años, enferma del corazón.

El pasado verano inició el proceso de desahucio de la inquilina por impago de las cuotas. Y ahí llega otro de los problemas. El juzgado de Avilés no ha podido entregar la citación a esa mujer ninguna de las dos veces en las que se ha señalado el lanzamiento, por lo que Rosa Díaz Sirgo no ha podido aún recuperar su casa.

"Los vecinos de Llano Ponte ya se han quejado porque esa mujer metía gente en casa y se ponían a las seis y las siete de la mañana a tocar la guitarra . Trajo a la madre de Santander y a una a la que ayudaba. Una de las veces que fueron los del Juzgado abrió un primo suyo y dijo que él no cogía la carta, que no se hacía cargo, pero tampoco dice dónde está esa mujer. Y como no cogen las citaciones, no la pueden desahuciar", lamentó la mujer. Díaz Sirgo pide al juez que tenga "compasión" y que haga todo lo posible por ayudarla. El próximo lanzamiento está fechado para el 2 de abril y teme que vuelva a pasar lo mismo.

En la búsqueda de una solución, Díaz Sirgo, que tiene una abogada de oficio, aboga por otras vías posibles para citar a su inquilina: a través de un edicto. Éste se publicaría en el Boletín Oficial del Principado de Asturias y equivaldría, según apuntó la mujer, a estar citada judicialmente. "Si no aparece el día del juicio, la podríamos echar a la calle", sentenció. La mujer ha intentado en dos ocasiones hablar con el juez para explicarle su precaria situación, pero no la ha recibido. Una vez que recupere el piso, empezará otra de sus preocupaciones. "No sé lo que nos encontraremos cuando entremos ahí. Nos tememos lo peor", lamentó. Su objetivo pasa por poder arrendarlo de nuevo, así poder pagar su alquiler y llevar una vida digna.