David Cuenca, el párroco de La Magdalena desde finales de este pasado verano, salió a la puerta de su iglesia pasadas las once y media de la mañana con un micrófono de corbata en mano. En la plaza del barrio esperaban sus feligreses y un montón de mascotas: perros, alguna tortuga "y hasta un dinosaurio", bromeó el sacerdote cuando llegó el turno de bendecir al juguete que un chaval llevaba en las manos ayer, celebración de San Antón en la comarca, el patrón de los animales.

En puridad, la de ayer no era la fiesta del santo eremita -es el 17 de enero-, pero, aún así, la celebración fue grande. Y no sólo en La Magdalena. También en Llaranes y en la ermita de Taborneda, en Illas, que está dedicada, precisamente, al santo medieval, al fundador de la vida monacal.

"¿Sabéis qué animales se le acercaban?", preguntó Cuenca a los chavales de catequesis que habían tomado la primera línea de alcance del hisopo bendito del sacerdote. Uno de ellos dijo que un perro. Cuenca sonrió y, después, le sacó de dudas: "Los cerdos de las granjas. Por eso se le representa con uno de ellos a sus pies". Delante de él, sin embargo, no pasó ninguno ayer. Sí lo hicieron un montón de perrinos como "Nevado", de Diego García Sánchez, blanco absoluto. Y también "Luna", cachorrilla de meses en brazos de José Carlos López. "Nunca habíamos venido porque hasta ahora no habíamos tenido mascota", explicó López en la misma plaza. "Leí en la prensa que eran las bendiciones", aclara.

También estuvo "Orleáns", que es pacífico labrador de Luciano Álvarez, un popular cuponero con quiosco en la calle de La Muralla.

Cuenca, antes de las bendiciones, resumió la vida de San Antón. Algunos perros, impacientes, decidieron ponerse a ladrar. Demasiadas mascotas. Sus dueños las calmaron y el sacerdote continuó con su relato que dirigió, sobre todo, a los chavales que acababan de recibir una lección de catequesis en el interior del venerable templo de Corros. Les pidió a los chavales que cuidasen de los animales. Y puso ejemplos: "Hay que sacar a los perros a la calle, hay que recoger el cajón de los gatos, limpiar el agua de los pájaros...", señaló el sacerdote.

En Llaranes, a la misma hora, Alfonso Abel Vázquez bendijo al periquito de Andrea Gálvez. Se llama "Volarín" y tiene una jaula enorme. Vázquez, tras la misa, marchó a la parroquia del Pozón.

Un rato después, comenzó la fiesta en Taborneda. Además, del agua bendita, una poca de agua de lluvia. Los animales de casa tienen un año para renovar pasaporte, bendición de San Antón.