El dueño de la iglesia de San Miguel de Susacasa, Leonardo Ramón Sirgo Fernández, avanza que va a solicitar una nueva subvención para recuperar las pinturas que están en la bóveda del edificio, lo que permitirá datar su antigüedad. "La zona donde están las pinturas antigüamente era una cuadra que tenía una puerta independiente de la casa, donde había una vaca y un ternero", relata Sirgo Fernández. Su objetivo pasa por determinar de una vez por todas el siglo al que pertenece este inmueble. "Patrimonio dice que es un edificio románico del siglo XII. Es posible que sea más antiguo que el de Manzaneda porque tiene un ábside rectangular, más pobre, más atrasado que el de la iglesia de San Jorge, que es circular. Patrimonio quiere recuperar esas pinturas porque en ellas va a tener mucha información para cerciorarse de la época a la que pertenece. Cuando se restauraron otras pinturas la chica que vino de Patrimonio dijo: 'Esto es prerrománico de Santullano, huele a la legua'", asegura.

El propietario de la iglesia de San Miguel ha gastando miles de euros en el inmueble ubicado en Susacasa. La primera actuación por su parte se remonta a 2006, cuando puso un cincho de hormigón para que el edificio no cayera. Luego, en el verano de 2015, reparó el tejado, una actuación que le costó 32.700 euros. "Estaba sostenido solo por las divisiones de las habitaciones. Patrimonio hizo el proyecto y yo lo pagué todo que está hecho en madera de castaño, como me mandaron", comenta.

El año pasado, los hermanos Víctor Manuel y Leonardo Ramón Sirgo Fernández desembolsaron otros 9.000 euros para arreglar el muro exterior y vaciar el inmueble por dentro, que tenía el suelo cubierto de baldosa, ya que antaño hizo las veces de vivienda particular de la familia. Y, ahora, instalarán dos ventanas, dos balconeras y una puerta nuevas de madera de castaño que está fabricando un empresario de Candás, Pepe El Casao, y que prevén que se coloquen en quince días.

La familia Sirgo Fernández comenta que en todo este tiempo no contaron con el apoyo económico ni del Ayuntamiento ni de la Mancomunidad. "No recibí nunca nada del Ayuntamiento. A nivel de la Mancomunidad, las obras no entran dentro de sus planes porque es una propiedad privada; y a nivel Ayuntamiento, solicité la exención de la tasa de la licencia de obras y me la denegaron", lamenta.