Los trabajadores de Alcoa dieron ayer un "sí" rotundo al preacuerdo que alcanzaron la semana pasada sus representantes y la multinacional. El Gobierno pedía tiempo a la aluminera para conseguir inversores para las plantas de Avilés y La Coruña tras el anuncio del doble cierre hecho público el 16 de octubre por el gigante aluminero. Lo ha conseguido. Los trabajadores votaron "sí" al pacto (el 91% en Avilés, el 90% en La Coruña), pero advierten de lo que toca ahora: "Hemos hecho nuestro trabajo. Nos pedían tiempo y hemos hipotecado nuestros despidos para dárselo. Queremos seguir trabajando y ahora son los gobiernos central y autonómicos los que tienen que solventar la situación", sentenció el presidente del comité avilesino, José Manuel Gómez de la Uz. La cuenta atrás está activada de nuevo. Quedan 159 días para que los casi 700 trabajadores de Alcoa conozcan su futuro.

La urna se abrió en la secretaría del comité de San Balandrán a las cinco y media de la madrugada y se cerró a las seis de la tarde. De los 312 trabajadores con derecho a voto, lo ejercieron 291 (el 93%). Votaron "sí" al preacuerdo 266 (el 91%), hubo 19 "no" (el 6%), cinco votos en blanco y uno nulo. En la planta de La Coruña hubo tres turnos para depositar la papeleta y el último concluyó a las once de la noche. El escrutinio: 316 a favor, 22 en contra, ocho en blanco y tres nulos.

El acuerdo entre Alcoa y los trabajadores evita que haya despidos hasta el 1 de julio, periodo durante el cual se intentarán vender las plantas o conseguir una inversión para la reindustrialización (destinar el complejo fabril a otra actividad que no sea la fabricación de aluminio). La multinacional mantendrá mientras activas las fundiciones y la torre de pasta de La Coruña (con 91 trabajadores en Avilés y 114 en la factoría gallega). El apagado de las cubas que conforman las series de electrolisis (donde se fabrica el aluminio puro) será inminente. El plan es que estén paradas el 1 de marzo. Ese "apagón" se realizará de forma ordenada y de tal manera que las cubas puedan rearrancarse con menor inversión que con una parada brusca en caso de que se formalice la venta. Los trabajadores afectados por esa parada de las series participarán en un plan de formación y seguirán percibiendo su retribución como si siguiesen en planta.

Si se consigue la venta o la reindustrialización (en ambos casos requiere la subrogación de las plantillas), Alcoa invertirá 40 millones en las plantas para su puesta a punto. De no fructificar las negociaciones (la multinacional se compromete en el acuerdo a abrir el proceso de venta este mismo mes), las dos plantas cerrarán el 1 de julio (salvo las fundiciones) y se harán efectivos los despidos, con las condiciones pactadas en la mesa de negociación del despido colectivo.

"Ya se acabaron las excusas. Alcoa quiere vender, y además va a invertir. Hay que buscar inversores y cerrar el Estatuto de las empresas electrointensivas. Eso es responsabilidad única del Gobierno de España. También exigimos al Principado que cumpla con su palabra. Dicen que tienen inversiones. Es el momento de que digan quienes son y qué quieren hacer. Es la propia Ministra (de Industria, Reyes Maroto) la que lleva tiempo hablando de ello", añadió De la Uz.

En la misma línea fue el análisis de Daniel Cuartas, vicepresidente del comité y delegado de FICA-UGT: "Hemos cumplido con nuestra parte del compromiso, que Alcoa acepte una venta y que provisiones 20 millones de euros. Ahora es el Gobierno el que tiene que cumplir su palabra: desarrollar ya el estatuto para las electrointensivas y buscar un inversor que dé viabilidad a las plantas. Ahora la responsabilidad es suya".

Alberto Grijalbo, secretario y delegado por la USO, se mostró satisfecho con el resultado del escrutinio: "La gente ha respaldado nuestro trabajo, que no ha sido nada fácil y ahora comienza otra nueva batalla, la de ejercer la presión al Gobierno para que cuanto antes nos quite esta espada que tenemos en la cabeza".

En el comité inciden en que el refrendo del acuerdo da tiempo y un respiro. "Es una bocanada de aire porque ya estábamos al borde de la asfixia, pero no podemos cesar en la presión a la parte que debe demostrar el compromiso que vienen declarando desde ya hace más de tres meses".

La ministra de Industria, Reyes Maroto, reiteró ayer en una entrevista telefónicia: "Hay voluntad por parte de varias empresas de poder comprar Alcoa pero se tienen que dar una serie de condiciones y estamos trabajando para propiciarlas y mantener la actividad y el empleo".