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ANA LAMELA TOBÍO | Directora del centro de empresas La Curtidora

" 'Avilés Enseña' dará a conocer la ciudad en el extranjero e intentará atraer talento"

"En La Curtidora intentamos simplificar la vida a los empresarios: damos todo el asesoramiento que necesitan y el que no saben que necesitan"

Ana Lamela, en La Curtidora. JULIÁN RUS

Ana Lamela asumió la dirección del centro de empresas La Curtidora en 2014, tras la jubilación de Miguel Ángel Juesas. Desde entonces, además de asesorar a emprendedores, el centro gestiona la promoción del parque científico-tecnológico "Avilés-Isla de la Innovación" y hará lo propio con el proyecto "Avilés Enseña", para el aprendizaje del español por parte de extranjeros.

- La Curtidora acabó 2018 con récord de empresas asentadas - 126 - y un 80 por ciento de ocupación, ¿a qué se debe ese éxito?

-Los comienzos de La Curtidora fueron complicados porque costó trabajo darnos a conocer. A lo largo de los años hemos ido incrementado las actividades, eso nos ha permitido ser más conocidos y hace que haya más gente que acude no solo para instalarse, sino que seamos un punto de referencia en Avilés para aquellos que quieran montar un negocio ya que hacemos un servicio global de asesoramiento y apoyo. Solo en los dos últimos años el porcentaje de número de altas ha subido un 10% cada año. Pero más que el número, es importante la duración de las empresas.

- ¿De cuánto es la supervivencia?

-Entre las empresas que ya han superado los cinco años, tenemos una supervivencia del 70 por ciento, que es más alto que la media española.

- ¿Cuál es el perfil de las empresas?

-Las más abundantes son de actividades profesionales: abogacía, ingenierías, asesoramientos... Suponen el 25 por ciento. Hemos tenido un repunte en los últimos años de empresas relacionadas con tecnológicas, que ya alcanzan el 17 por ciento del total. El resto son de comercialización y distribución. Hay que tener en cuenta que aquí tenemos sobre todo oficinas y eso sesga un poco lo que podemos acoger.

- ¿Y cuál es el perfil del emprendedor?

-Se ha mantenido constante a lo largo historia de La Curtidora. Son personas con estudios universitarios, sobre todo, seguidas de formaciones profesionales, y la mayoría hombres. Ha habido un pequeño repunte de las mujeres, pero suponen un 34 por ciento. Y la edad, entre 35 y 37 años, de media.

- ¿A las mujeres les cuesta más emprender?

-Sí. Es más fácil que haya hombres que emprenden solos que mujeres que lo hagan.

- ¿Y a qué se puede deber?

-Las mujeres tienen un porcentaje muy pequeño de proyectos de tipo técnico, y de eso hay mucho aquí. Es un sector en el que las mujeres están muy poco introducidas.

- Ése es uno de los trabajos en los que está colaborando La Curtidora, en propiciar que las chicas, desde jóvenes, se decanten por estos estudios...

-Como llevamos la promoción del parque científico-tecnológico, a través de las actividades que realizamos hacemos mucho hincapié en programas para potenciar la incorporación de las mujeres en las carreras técnicas, abrirles la mente.

- ¿En qué momento está el parque científico? ¿Qué objetivos se marcan este año?

-Estamos desarrollando más actividades. El año pasado fue la asamblea internacional de APTE en Avilés y eso nos permitió traer a 38 parques, darles a conocer las potencialidades de Avilés, el modelo de innovación de la Manzana del Acero. La asamblea tuvo mucho éxito porque la gente no sabe lo que hay aquí y cuando lo ve, queda impresionada. La gente quedó sorprendida con todo lo que se estaba desarrollando de I+D y con la ciudad y el casco histórico.

- ¿Qué tal es la relación con las empresas que están dentro del parque científico?

-La idea original fue del Centro Tecnológico de Arcelor y del Centro Tecnológico del Acero; fueron los que dieron el impulso a que el Ayuntamiento, con la Curtidora, pusiera en marcha el parque. Es más, ellos participan de forma activa en muchos de los proyectos que tenemos.

- ¿Y cómo está saliendo el proyecto de acercar a los ciudadanos lo que se hace en el parque?

-Está funcionando muy bien. Hicimos visitas a los centros tecnológicos y gustó mucho. Muchas veces no se sabe lo que se hace allí y sale la gente sale impresionada.

- Ahora asumen un nuevo proyecto, que es el Avilés Enseña, ¿se va a poner en marcha este año?

-Sí, sí. De hecho, la próxima semana ratificarán en la junta de accionista de La Curtidora la modificación normativa que necesitamos para poder ejecutar el proyecto. Luego vendrá la selección del personal; la idea es que haya un jefe de proyecto que lleve la ejecución y un auxiliar administrativo de apoyo; la previsión es que estén contratadas este primer trimestre del año. Ese jefe tendrá que establecer contactos con organizaciones para poder hacer convenios para la atracción de personas que quieran venir aquí a aprender español. Las clases, siendo optimistas, podrían empezar este año, pero todo el trabajo previo va a ser arduo.

- ¿Qué puede suponer para Avilés esta nueva línea de atracción turística?

-El objetivo final es dar a conocer Avilés en el extranjero para tener oportunidad de atraer nuevos talentos.

- Volviendo a La Curtidora, ¿qué retos se marcan este año?

-Seguir trabajando en la adecuación de los espacios. Este edificio se inauguró en 1995 y desde entonces se han hecho muchas inversiones para adaptar los espacios a la demanda. Primero se hicieron despachos pequeños, luego las oficinas tecnológicas y, a continuación, el coworking. Ahora vamos a adecuar una nave de 540 metros cuadrados para tener espacios más pequeños, aunque no mucho ya que queremos tener un sitio para alguna empresa que quiera venir a Avilés. La Curtidora sirve de punto de aterrizaje para empresas grandes que luego van a su instalación definitiva, y no queremos perder eso.

- Tiene que ser ilusionante para ustedes ver cómo gente que se instala aquí crece y también, supongo, agradece el trato recibido...

-Todos los años hacemos un cuestionario para saber la satisfacción de los clientes y las valoraciones son altísimas. La puntuación media es un nueve y pico. Un emprendedor tiene unas dificultades terribles desde que decide montar el negocio y también después. Nuestro objetivo es intentar simplificarles la vida y por eso les damos todo el asesoramiento que necesitan y que a veces ni siquiera saben que lo necesitan. Trabajamos mucho con las interrelaciones porque, normalmente, una empresa cuando empieza no tiene contactos.

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