El Puerto de Avilés consiguió superar ligeramente en 2018 el listón de los cinco millones de toneladas, con un crecimiento del 4 por ciento respecto al anterior ejercicio propiciado por el buen comportamiento de los graneles sólidos (minerales, abonos y similares), que consiguió compensar la disminución del movimiento de graneles líquidos y de la llamada "mercancía general" (piezas, productos manufacturados, metales...)

Asturiana de Zinc (Azsa) tiene buena parte del mérito. Entre ácido sulfúrico, concentrado de cinc y cinc movió por los muelles avilesinos casi 1,6 millones de toneladas, un 30% más que en 2017 y un tercio del total del puerto. Los productos siderúrgicos de Arcelor-Mittal superaron las 800.000 toneladas, un 12% más que en 2017. También es notable el repunte del movimiento de carbones: se incrementó en un 58% (de 262.230 a 415.638 toneladas). El tráfico de eólicos se mantuvo estable, hasta alcanzar las 84.955 toneladas.

Los operadores carboníferos García Munté, Angilvi y Energy Fuel descargaron en los muelles avilesinos más de 757.000 toneladas entre carbones y coque de petróleo. Descendieron ligeramente los tráficos de Fertiberia, que gestionó más de 452.000 toneladas entre abonos y ácido sulfúrico. La actividad de la otra fábrica comarcal de abonos, Chemastur, se tradujo en 226.000 toneladas (superfostato y fosfato de cal) de movimiento portuario y Alcoa se mantiene a la baja (la entrada de alúmina, la materia prima con la que se hace aluminio, se redujo casi un 4%, de 124.401 a 116.031 toneladas en el último año).

Los graneles líquidos cotizaron a la baja en el puerto de Avilés entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018. Disminuyeron casi un 5,8% con descensos del tráfico de ácido sulfúrico (se movieron 204.918 toneladas, una caída del 32%). Aumentaron, al contrario, los movimientos de aceite de antraceno (21.046 toneladas, más del doble que el ejercicio anterior), de alquitranes (234.056 toneladas, un 20,62% más) y de amoníaco (160.086, un incremento del 5%).

En cuanto a los graneles sólidos, aumentaron en el último año en 294.135 toneladas hasta alcanzar los 3,1 millones, un incremento del 10,2%. El podio es para los concentrados de cinc (1,1 millones), los carbones (415.636) y el coque de petróleo (342.027). El cuarto puesto es para los abonos (247.839).

Las estadísticas de la Autoridad Portuaria reflejan que la mercancía general descendió un 3%, situándose en 1,1 millones de toneladas. Experimentaron mejoría los movimientos de productos siderúrgicos (843.864 toneladas, un 12% más) y de la maquinaria (25.805 toneladas, un crecimiento del 71%). Al contrario, se redujo la salida de cinc metal (228.814 toneladas, casi un 32% menos) y el movimiento de materiales de construcción (72.943, casi un 30% menos). El tráfico de piezas para la construcción de parques eólicos se mantuvo estable (de 84.731 toneladas en 2017 a 84.955 en 2018).

La relación de tráficos minoritarios depara exotismos como las 19.817 toneladas de maíz desembarcadas el año pasado en el puerto; se trata de un producto muy infrecuente. La chatarra, principalmente usada por Arcelor, generó un tráfico de 45.586 tonelada (un 55,7 por ciento más que en 2017) y la bauxita (usada para materiales refractarios) experimentó una notable mejoría de tráfico del 538% (el puerto recibió 15.960 toneladas). El puerto pesquero movió un 2,63 por ciento menos de mercancía.