Las goteras en dos aulas y un cuarto de baño del edificio de Educación Infantil del colegio del Quirinal han llenado de indignación a la comunidad escolar, de tal modo que la dirección ha solicitado a la empresa pública de mantenimiento de Avilés que solucione el problema que se ha visto agravado en las últimas semanas como consecuencia de las lluvias torrenciales. Las goteras son escandalosas, "pero en ningún momento, peligrosas", señaló Yolanda Alonso, concejala de Educación. El edificio afectado -los padres consultados hablan de que el centro está "inundado"- es de los niños de tres a cinco años.

Los más afectados son los de cuatro años (23 alumnos). Como prevención, se ha optado por no encender la luz -la gotera del tejado podría afectar a la iluminación de las clases, aunque eso no ha sucedido, según fuentes consultadas-. Las persianas levantadas han evitado tener que interrumpir las horas lectivas. De agravarse la situación, sin embargo, la dirección prevé trasladar a los chicos del edificio anexo, al principal. Sin embargo, esta opción no se ha materializado porque el Ayuntamiento de Avilés ya está manos a la obra. Ayer por la mañana, funcionarios del Servicio de Educación inspeccionaron la techumbre y, ya por la tarde, una cuadrilla de trabajadores públicos tenían previsto reparar la incidencia.

El edificio de Educación Infantil se construyó en 1985. Según los padres, "las goteras no son nuevas". Opinan que la techumbre precisa de una reparación integral más tarde o más temprano. La dificultad de esta operación es evidente: no se puede reparar una gotera si las lluvias que la han provocado no se han disipado. Y eso, de momento, parece que no se va a producir. Es decir, que la reparación de las goteras iniciada ayer por la tarde salvará la carencia de forma temporal. La concejala de Educación señaló que hay que atender la demanda más urgente. "Una actuación mayor requiere de informes previos", determinó la concejala.

Las intervenciones en el tejado del edificio de Infantil del Quirinal se han limitado, hasta ahora, a a cambiar el alero y limpiar canalones. La actuación integral sobre la infraestructura no se ha producido. "En todo caso, ningún niño ha corrido peligro en ningún momento", señalaron en el colegio. "Ahora la cosa corre prisa. Este otoño nadie se acordó de las goteras porque no había llovido una gota", añadieron. Los padres pidieron una asamblea, pero la dirección ya ha movido ficha: la cuadrilla ya está reparándolas.