Alcoa se encuentra en pleno proceso de cierre de las fábricas de aluminio primario de Avilés y La Coruña y avisa de que podría haber más. El máximo directivo de la multinacional estadounidense, Roy Harvey, ha señalado esta semana en declaraciones a Bloomberg que la compañía no se compromete a mantener en funcionamiento las plantas de aquellos países donde los precios de la energía son "inciertos". España es uno de ellos. El Gobierno trabaja en un nuevo marco energético para las industrias intensivas en consumo eléctrico, como Alcoa. La compañía, por ahora, no ha "tocado" el complejo industrial de San Ciprián (Lugo).
"Tomaremos decisiones difíciles si las instalaciones no tienen sentido a largo plazo", añadió a Bloomberg el jefe de Finanzas de la multinacional, Bill Oplinger. El peligro, apostilló, "no está específicamente en Estados Unidos, está en todas las plantas del mundo".
Los directivos de Alcoa inciden el que el precio de la alúmina (materia prima del aluminio) subió el año pasado a su nivel más alto desde 2010 por el recorte de producción de la mayor refinería del mundo y por las sanciones de Estados Unidos a Rusal, uno de los mayores proveedores. Estados Unidos levantó las sanciones contra la empresa rusa el mes pasado. Los precios del aluminio han subido alrededor de un cuatro por ciento este 2019, frente a la caída del 19% del año pasado.
El comité de la fábrica de San Balandrán retoma las movilizaciones la próxima semana para exigir soluciones para su futuro incierto. Los representantes de la plantilla se reunirán con la Delegada del Gobierno en Asturias el próximo miércoles y han convocado una protesta en la plaza de España de la capital asturiana de 17.00 a 18.00 horas. El comité pide "máxima asistencia". La reunión coincide en el tiempo con la parada de las últimas cubas que quedan activas.
