El consejo de administración de Nueva Rula de Avilés, la sociedad de mayoría pública que gestiona la lonja de pescado de ciudad -la mayor y más importante de Asturias-, dio por buenos ayer el avance de los resultados económicos de 2018 que presentó el gerente, Ramón Álvarez, y que a grandes rasgos arroja "un estrecho margen de beneficio", según manifestó el presidente de la entidad, y también de la Autoridad Portuaria de Avilés, Santiago Rodríguez Vega.

O dicho de otra manera, que la sociedad evitó incurrir en pérdidas en un año que Ramón Álvarez calificó hace días como "complicado", fundamentalmente por la importante caída de ventas de merluza pescada en aguas comunitarias, un hecho que se explica, a su vez, por la disminución de capturas de la especie. La negativa de los gestores de la rula a facilitar la cifra exacta del beneficio se fundamenta en que aún no ha concluido la auditoría de las cuentas: "Al término de la misma se hará público el balance; ahora sería imprudente", anunció Rodríguez Vega.

Lo que sí anticipó el presidente de Nueva Rula de Avilés es que la sociedad va a emprender en el ejercicio en curso un plan para conseguir reducir sus costes con medidas de ahorro y eficiencia energética: "Creemos que hay margen en ese sentido y vamos a hacer lo posible para que bajen los costes; por la vía de los ingresos hay poco que hacer: la tasa que se cobra por la comercialización de pescado es intocable y a lo sumo podríamos revisar lo que se cobra por servicios complementarios que la rula presta y que no tienen por qué ser deficitarios".

Según Rodríguez Vega, "la rula gestionó el año pasado la comercialización de menos toneladas de pescado, y en menor medida también perdió cifra de negocio; todo esto fue fruto (en términos de tonelaje bruto) de la menor descarga de pescado en el muelle. Y sin embargo, en términos comparativos, las cosas nos fueron mejor que a las lonjas vecinas con las que solemos compararnos. El año fue complicado, pero logramos mantenernos a flote".

El presidente reseñó que, además del "pequeño beneficio" logrado, Nueva Rula de Avilés atendió todos sus compromisos de pago, en especial los préstamos pedidos para pagar la nueva fábrica de hielo y la multa que le puso la Agencia Tributaria por la ocultación fiscal de ventas de pescado.