La disfonía es la enfermedad más común entre los profesores; de hecho, está reconocida como enfermedad profesional. Para ayudar a este colectivo a cuidar la voz y prevenir las diferentes dolencias que pueden desencadenarse de un mal uso de la misma, la logopeda Marta Bretones Ceballos imparte estos días un curso convocado por el Centro del Profesorado de Avilés.
- La voz es una herramienta de trabajo para los docentes. ¿La usan de forma correcta?
-La mayoría no sabe utilizar una técnica vocal adecuada. El problema está en que no tienen una preparación a la hora de enfrentarse a la labor docente, no han tenido una formación específica sobre algo que va a ser su instrumento de trabajo, la voz.
- ¿Las escuelas y facultades deberían incluir alguna materia al respecto?
-Tanto en la formación del grado de maestro como en el máster de formación del profesorado y en la universidad sería necesaria una actividad transversal, una asignatura sobre la utilización de la voz que los profesores van a tener que usar durante muchas horas delante de mucha gente, y a veces en unas condiciones de infraestructura arquitectónica no siempre adecuadas.
- ¿Qué aspectos deberían cuidarse en la construcción de las dependencias educativas para el cuidado de la voz?
-Que las aulas tengan una acústica adecuada, que el sonido no reverbere. Unas condiciones adecuadas benefician la voz del docente y es beneficioso también para los alumnos porque facilita la inteligibilidad de lo que el profesor está diciendo. También ayuda a que los estudiantes no fuercen su voz, a que se acostumbren a utilizar una intensidad adecuada, que no tengan que gritar para hacerse oír.
- ¿Ayudaría el uso de micrófonos?
-En alguna ocasión se ha recomendado su uso a los docentes que con una técnica vocal no pueden llegar a una buena intensidad de voz, pero si se aprende un método y la acústica del aula es adecuada, no habría falta de micro.
- ¿En qué se basan esas técnicas vocales?
-Se centran en aprender a proyectar la voz, en seguir la ley del mínimo esfuerzo para producirla. Si mantienen una buena postura corporal, un buen tono muscular, utilizan una respiración costillofragmática, adecuan la respiración que tienen al tipo de habla que van a utilizar, a la longitud de las frases, que no les falte aire para terminarlas, es mucho más fácil que no tengan dificultades de voz. También favorece tener una prosodia rica y poder utilizar distintas intensidades, tener un dominio sobre el uso de los tonos y de la intensidad.
- Se asemejan a las técnicas de los cantantes
-Sí, porque son profesionales de la voz, como los periodistas, los locutores, los entrenadores o los teleoperadores.
- ¿Cuáles son los problemas más comunes que padecen?
-El profesorado suele tener problemas por abuso vocal, por exceso de carga vocal. Esto puede derivar en patologías tipo nódulos, aunque lo que más hay son disfonías funcionales.
- ¿En qué medida influyen las condiciones ambientales?
-No creo que sean determinantes, sí lo es tener una buena respiración, preferentemente nasal, y hábitos como protegerse cuando hace demasiado frío o cuidar los cambios de temperatura con capas de ropa.
- ¿Qué factores la dañan?
-El tabaco es malísimo y la gente que padece reflujo gastroesofágico irrita mucho la laringe, lo que requiere tratamiento médico.
- Tradicionalmente, los docentes manifestaban malestar por el polvo de la tiza.
-Porque tragaban mucho polvo. Ahora, con los nuevos encerado apenas se utilizan y las hay que no lo desprenden.
- ¿Se dan por igual los problemas en la voz en hombres que en mujeres?
-En principio suelen tener más las mujeres porque hay más profesoras que profesores. Además, nosotras tenemos la laringe más pequeña y un tono más agudo, de manera que somos más proclives a tener una patología.
- ¿Se fuerza por igual la voz en todas las asignaturas?
-Los entrenadores gritan mucho porque los pabellones tienen un muy deficiente nivel acústico. Ya que fuerzan tanto, tendrían que tener algún sistema para poder llamar la atención sin gritar tanto. En el resto de las materias no hay diferencia, ya que lo que influye es la forma de dar la clase. Es distinto una expositiva de una hora seguida sin pausas a hacerla más participativa, con intervalos de silencio y descanso.
