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Moda para tejer hermandad con la India

Isabel Martínez customiza cazadoras con vestidos de novia usados del país asiático y aporta fondos para proyectos solidarios

Isabel Martínez, comprando telas en la India.

Trajes de novias indias usados son el sello y el alma de las prendas exclusivas que salen del taller doméstico de la avilesina Isabel Martínez. Esta joven de Llaranes, ahora vecina de Los Campos, es la impulsora de la marca Lakshmi Soul. Ella misma restaura a mano las telas multicolor que va a comprar a India y que adquiere en mercadillos, en plena calle, a la gente más desfavorecida. Su prenda estrella son las cazadoras customizadas con estas piezas restauradas. Ya lanzó una colección, prepara la segunda y aspira a poder llevar la producción a un taller en España o Portugal. Sus prendas de estilo bohemio se venden por internet. Pronto estarán en los escaparates. Tiendas de novias y boutiques se están interesando ya por la moda avilesina con alma india.

Isabel Martínez dice haber hecho "de todo" antes de emprender su propio negocio. "Trabajé de camarera, de dependienta en tiendas de ropa, de reponedora de supermercados... un poco de todo". Hace un año cambió el chip. Fue tras pasar dos en Doha, la capital catarí, por motivos de trabajo de su pareja y en unos meses marido (habrá boda en julio). "Siempre he sido una enamorada de la India y, en Doha, conocí de primera mano su cultura. Allí hay mucha mano de obra india y en el mundo de los bazares -soy una enamorada de los mercadillos- entré en contacto con el mundo de las novias indias, los trajes, la dote. Empecé a comprar telas y a hacer alguna cosita", explica. Ese fue el origen de su marca Lakshmi Soul, inspirada en la diosa hindú de la buena fortuna y la abundancia, y su pareja quien le dio el impulso definitivo. "Yo estaba cursando Comercio Internacional en La Laboral, a distancia, y me animó a dar el paso de crear la marca y a empezar a vender online. El producto estrella son las cazadoras hechas con trajes usados de novia india. Viajamos allí para comprar las telas. Para mí fue un impacto enorme conocer Delhi, todo lo que se mueve alrededor del sector textil, las condiciones en las que trabajan, ver a los niños como mano de obra. Para ayudarles, no adquirimos las telas al fabricante, sino que la compramos directamente a la comunidad", prosigue.

Lo de la costura, le debe venir de su abuela Enedina, y lo de la moda también le viene de familia: "Mi abuela materna era modista, siempre la vi ante la máquina de coser y entre hilvanes. Mi tía era la hippie de la familia, siempre llevaba prendas que llamaban la atención. Mi madre viajó a Londres cuando era joven y venía contando lo que había visto para que se lo hicieran en casa. Mi abuela se lo hacía, lo de la moda en casa nos viene de ella".

La avilesina ha lanzado una línea para novias, cazadoras de polipiel o vaquero que customiza al gusto: "Añado lo que me pidan, las iniciales, la fecha de la boda, sus iniciales...". Y también empieza a utilizar la pintura en las prendas. Busca local para dar "un toque más profesional a la marca" y aspira a llevar su producción artesanal a un taller. "La competencia es enorme en el sector textil", apostilla.

El negocio de Isabel Martínez tiene doble alma. Colabora con Semilla para el Cambio, una ONG española fundada en 2009 que trabaja con las comunidades más desfavorecidas y vulnerables que habitan en la ciudad india de Varanasi. La suya es moda avilesina con alma y sentido colaborativo.

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