La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nueva vida para las joyas de Santo Tomás

Dos alumnas de la Escuela de Arte restauran el camarín que alberga la custodia de la procesión del Corpus en Sabugo

Por la izquierda, Luis Suárez Saro, Gloria Muñiz Barrio y Sara González Curto, junto al camarín que restauran en Santo Tomás. MARÍA FUENTES

El camarín que cobija la custodia de la procesión que tiene lugar en la octava del Corpus en la parroquia de Santo Tomás se encuentra en fase de restauración. Su deficiente estado de conservación "por un uso y mantenimiento poco adecuado", señala el restaurador Luis Suárez Saro, ha llevado a la parroquia de Sabugo a afrontar una intervención impulsada y coordinada por el profesor de la Escuela Superior de Arte. Ejecutada por Sara González Curto y Gloria Muñiz Barrio, graduada y alumna de último curso, respectivamente, del citado centro educativo con sede en Avilés, el grueso de la actuación consiste en la consolidación estructural de determinados elementos fracturados (columnas), la reposición de otros desprendidos o extraviados (pináculos ornamentales y molduras) y la recuperación de la policromía.

El proceso de restauración de esta pieza, creada a mediados de los años cuarenta del siglo pasado en un taller de ebanistería de Galicia, comenzó en el mes de octubre de 2018. El primer paso, explican los tres especialistas, consistió, como en cualquier proceso de restauración, en reunir toda la documentación histórica y técnica del camarín, de estilo neogótico, financiado por Ramona Álvarez y hecho para portar una custodia de plata donada por Josefina Balsera a la parroquia.

Una vez conocida su historia, con el apoyo de fotografías que reflejan el estado de conservación, las restauradoras tomaron muestras y realizaron análisis microquímicos para identificar las técnicas y materiales empleados en su construcción. Analizaron el tipo de madera, estudiaron el deterioro del dorado, el estado del soporte y las capas de policromía. A partir de aquí, relata Luis Saro, se establecieron unos criterios de actuación y una propuesta de tratamiento basada en la ley de patrimonio, así como la elaboración de un presupuesto con el coste de la actuación, que comenzó con una primera limpieza mecánica para eliminar la suciedad superficial y los depósitos de polvo, indican Sara González Curto y Gloria Muñiz. Simultáneamente, añaden, protegieron, mediante fijaciones temporales, las zonas de policromía que presentaban peligro de desprendimiento durante la ejecución de las actuaciones iniciales.

"Afrontamos la restauración con mucho respeto y ganas de aprender, es una satisfacción que hayan confiado en nosotras", destacan las jóvenes especialistas, volcadas con su misión en el amplio portal de la casa parroquial de Santo Tomás, donde se encuentra alojada la obra.

Dado que trabajan en un lugar próximo a la calle, numerosos feligreses de Sabugo se acercan para agradecerles la labor que llevan a cabo, al tiempo que les facilitan datos sobre la historia de la estructura con forma de torre que salió por última vez en procesión en 2017.

El objetivo del tratamiento emprendido por las restauradoras es la eliminación de los elementos no originales del camarín que, han sido en su mayoría repintes y barnices de diferente naturaleza aplicados en distintos momentos de la vida del bien. Asimismo, se han tratado elementos metálicos oxidados o cubiertos por varias capas de barniz; también el asentamiento de los estratos del dorado. Igualmente, han nutrido el soporte de madera vista en la zona interior de la base de la pieza.

Los trabajos concluirán en semanas con la protección de la superficie contra los efectos de agentes externos y la elaboración de una memoria técnico fotográfica de la intervención, sin olvidar incluir un plan de conservación preventivo del cuidado de la pieza que pasa, manifiesta Fernández Saro, por "limpiarla sólo con un plumero y mantenerla en unas condiciones estables y constantes de humedad, temperatura e iluminación"..

Compartir el artículo

stats