La familia motera acompañó y arropó el féretro de José Manuel Arango Álvarez, de 46 años, fallecido el pasado sábado en un accidente de tráfico en la carretera de acceso a Castro, en Cudillero. Aún se desconocen las causas del suceso, en el que no estuvo implicado otro vehículo, tal y como apuntó la Policía Local. Amigos y familiares del fallecido, natural del concejo pixueto, acudieron a despedirle a la iglesia parroquial de Riberas, en Soto del Barco.

La peña motociclista "A tacu" acompañó al cortejo fúnebre desde el tanatorio de Cudillero hasta la iglesia, donde fueron recibidos por una multitud de personas que acudió al funeral y que enmudeció al llegar la familia, poco antes de las cinco de la tarde. Sus padres, Marcelino Arango Huerta y Bernardina Álvarez y su hermana, Dolores Arango, muy afectados, recibieron el cariño y afecto de los presentes, quienes no dudaron en abrazarles una y otra vez para mostrarles su apoyo en unos momentos tan duros.

Una familia que esperó la entrada del féretro en el templo, que fue portado por los compañeros de afición motera de Arango, también muy afligidos y con una evidente tristeza en los rostros. Algunos, entre lágrimas, negaban con la cabeza. "Es algo fatídico", apuntó un compañero de Arango. Nadie daba aún crédito a la muerte del motero pixueto ya que no era aficionado a pisar el acelerador. Además, como apuntó un vecino de Cudillero, la carretera "no deja correr".

Arango era electricista en una empresa de mantenimiento de Arcelor y a su despedida también acudieron sus compañeros de trabajo. "Se va un buen chaval", señaló un vecino de Los Cabos (Pravia), de donde es natural su familia paterna. El dolor por la pérdida y la tristeza inundó el atardecer en Riberas.