Pedro Menéndez no hubiera podido llegar hasta Avilés a bordo del "San Pelayo", el barco con el que llegó a la Florida porque, en aquella época, en pleno siglo XVI, la ría era un entorno "bastante complicado" para la navegabilidad, como explicó ayer el geólogo Julio López Peláez. Ya solo a la entrada, en la zona de la barra, en marea baja, el calado era de menos de tres metros, que se quedaban en poco más de dos en el canal de acceso. "Según consta en algunos textos, solo podrían entrar barcos de hasta 60 toneladas; los de más porte no llegarían al cai de Avilés; se tenían que quedar fondeados en La Bogariza", explicó el profesor y doctor en Geología, durante la charla "La navegabilidad de la ría de Avilés en el siglo XVI", organizada por el Casino de Avilés con motivo de los actos del V Centenario del nacimiento de Pedro Menéndez. El galeón "San Pelayo" tenía un porte de unas 996 toneladas y una capacidad mínima de carga de 400.

López Peláez explicó las condiciones del estuario avilesino, con un canal "serpenteante, con meandros y con estructuras arenosas por lo que la navegabilidad sería bastante complicada". "Otro dato es que en el siglo XVI se produce el mayor aterramiento del estuario y eso aumenta las dificultades", apuntó el geólogo en el Centro de Servicios Universitarios.

El docente recreó cómo debería ser la peripecia de un barco en aquellos años. "Cuando llegaba, lo primero que se encontraba era con la barra, El Dental. En esa zona, en bajamar, tendría menos de tres metros de profundidad. Si el barco tenía un porte excesivo, era complicado que entrara sino esperaba hasta pleamar y por eso, para echar anclas, estaba el fondeadero de la Bogariza", apuntó. Aquellas embarcaciones, que ya conseguían superar ese primer escollo, accedían al canal de entrada, siempre "con cuidado", hasta el fondeadero de San Juan de Nieva. "Suponía el límite para los barcos de mayor porte y da idea de las dificultades de acceso a Avilés por la ría", añadió. Los de menos portes eran los que llegaban hasta las puertas de la ciudad, entre la villa y Sabugo. "En el siglo XVI, Avilés era una ciudad amurallada y tenía una puerta al mar y un puente que conectaba con Sabugo. En esa zona habría un embarcadero de madera para los sabugueros: marineros y pescadores", explicó Peláez.

El geólogo señaló que las mayores modificaciones en la ría se produjeron a partir del siglo XIX, con el inicio de la canalización. "Los cambios son drásticos; no se parece en nada al primitivo estuario que conoció Pedro Menéndez", resumió el profesor.