El desahucio de José Luis García Arias, fundador del Grupo Melca, de la casa propiedad de la corporación donde reside en régimen de alquiler (la icónica Quinta Pedregal) desde 2016 está en manos de la juez que ayer presidió la vista oral en la que las partes trataron de hacer valer sus razones jurídicas.

Los demandantes -personificados en Daniel y Elena García Becerril, hijos del empresario- defienden que García Arias pergeñó un contrato de alquiler ventajoso para él y gravoso para Servicios Inmobiliarios Avilés (SIA), la sociedad propietaria del inmueble, además de haberse valido de su otro hijo (Miguel) para, previo apoderamiento, dar un aparente formato de legalidad a un arrendamiento "a todas luces nulo".

El demandado, que tilda de "grosero cúmulo de falsedades" los argumentos presentados para echarlo de casa, trató de probar que lo que paga por vivir en la Quinta Pedregal está "muy por encima de la media del mercado" y contradijo los argumentos de "deslealtad societaria" que plantearon sus hijos, liquidador del Grupo Melca y administradora de SIA, respectivamente.

En el transcurso de la vista, y como viene siendo habitual desde que estalló la crisis familiar que ha convertido el Grupo Melca en un culebrón, salieron a relucir todo tipo de "interioridades": desde que con los 9.000 euros de renta anual que paga García Arias "no da ni para pagar la calefacción" a que los hijos del empresario gozan de alquileres de propiedades del grupo "en condiciones muy ventajosas".