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La huelga en Saint-Gobain se recrudece con barricadas y cortes de carretera

La puesta en marcha en Egipto de una fábrica similar a la avilesina y la reapertura de otras en Polonia y Rumanía ponen en guardia a la plantilla

Corte de tráfico a las puertas de la fábrica de Cristalería en La Maruca, ayer.

La huelga en la planta que Saint-Gobain Cristalería posee en La Maruca se recrudeció ayer, cuarta jornada, de manera notable con barricadas y cortes de carreteras. Los cargos directivos tuvieron que retrasar su entrada a la planta por este motivo. El apoyo a los paros fue casi absoluto por parte de los trabajadores. El comité de empresa ha organizado esta protesta contra la decisión de la compañía de externalizar tareas que los empleados consideran que les son propias. Pero no sólo eso. También reclaman a la firma que dé información al comité, la convocatoria de plazas vacantes atendiendo a lo que prescribe el convenio y, además, una reorganización de dos líneas de producción. "La compañía no se ha dignado a pedir una negociación", se lamentó ayer un portavoz del comité de huelga en la puerta de la factoría de La Maruca. El calendario de huelga continúa el día 11 de marzo.

Este conflicto de Avilés se desarrolla al mismo tiempo que sobre la mesa está la renovación del convenio colectivo. La madeja se lía aún más porque la empresa anunció la puesta en marcha de una fábrica gemela a la avilesina en Egipto y la reapertura de otras dos: en Rumanía y en Polonia. Estas últimas tienen como objetivo de mercado el Este de Europa. No sucede lo mismo con la de Egipto, enmarcada en la misma región que España.

Esta circunstancia ha puesto en guardia a los trabajadores aunque reconocen que las nuevas plantas "acaban de arrancar". Todo esto se explica de acuerdo a la reorganización mundial que ha hecho la presidencia de la compañía. España estuvo encuadrada en la delegación del Mediterránea hasta el pasado 31 de diciembre. Desde comienzos de año, pertenece a la delegación del sur de Europa y África. Esta reubicación de zonas de producción tiene como fundamento ahorrar dinero. Esta circunstancia, por de pronto, se ha dejado notar en la mesa de negociación del acuerdo regulador. "Han cambiado los negociadores de la empresa", dicen los trabajadores.

La compañía presentó recientemente los resultados económicos del año pasado. Según asegura la empresa, las ganancias netas se redujeron en un 73 por ciento respecto al ejercicio de 2017. Achacan este descenso de ingresos a la puesta en marcha del Brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea, prevista para finales de mes). Pese a esto, la compañía garantiza a sus propietarios el pago de 1,33 euros por acción.

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