En el Parche se creó ayer un recinto cuadrado para que los niños echaran unos bailes. Por ejemplo: "La Macarena". "Dale a tu cuerpo alegría, Macarena, / que tu cuerpo es para darle alegría y cosa buena". Había una diablesina, un esqueletín, unas cuantas minifolclóricas... todos moviéndose al ritmo marcado por las dos animadoras de la empresa Blinca que lo dieron todo para que la mañana del domingo fuera un fiestón, para que "padres, madres, abuelos, abuelas, tíos y tías" dejaran caer sus respectivas babas a cuenta del jolgorio encerrado en ese espacio de celebración sin fin y fotografiasen a las criaturas sonrientes, de mala leche, en carricoches, amarrados a las piernas de sus padres.

Y así hasta que llegó el momento de bailar por Chayanne. "Tambor, tambor, tambor, que llama a tambor / Tambor, tambor, tambor de mi madre tierra". "Vamos a bailar: los padres a un lado y los chicos al otro". Unos acordes, una supercoreografía amontonada y la maestra de ceremonias diciendo: "Un minipunto para los chicos"... Sobre la mesa: una semana de limpiar la casa u otra de golosinas. Así que la lucha fue encarnizada.

Antes las dos animadoras plantearon un juego matemático a los chavales: "Vamos a hacer parejas". Y cada niño buscaba su complementol. Y así podía haber una jefecita de pista u un Superman pletórico. "Y ahora vamos de cuatro en cuatro". Y ahí empezó el lío. La segunda animadora salió en apoyo de los danzantes. "Y ahora, vamos a hacer grupos de ocho". Y el recinto cuadrado se volvió una parada de metro en hora punta. "Aquí, aquí...", dijo un Spiderman pequeñito que antes había participado en la construcción de un pequeño alfabeto con el cuerpo de los pequeños carnavaleros. Las caras de "padres, madres, abuelos y abuelas" constataron felicidad.