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Los pescadores prevén recoger firmas para acceder al espigón donde murieron dos personas

"La mayoría somos jubilados, el Puerto nos prohíbe entrar en el dique y tenemos que ir a zonas más peligrosas", se quejan los aficionados

El cartel al principio del dique, cerrado con una cadena, que avisa de la prohibición de pasar. MARA VILLAMUZA

Los pescadores aficionados de varias localidades asturianas que llevan meses tratando de acceder al dique de la playa de San Juan de Nieva sopesan recoger firmas para pedir a la Autoridad Portuaria que les permita entrar de nuevo al dique, en el que fallecieron dos personas el pasado año. "En un plazo de cuatro meses, murieron dos, pero desde que se construyó hace 15 años, no hubo ninguna otra tragedia. Fue una fatal casualidad", señaló ayer Celestino Rodríguez, portavoz del colectivo.

"El espigón se construyó para que no pase la arena a la bocana de la ría y el Puerto no tenga que dragar. Es una zona pública no del Puerto", añadió Rodríguez, enfadado con la prohibición.

Los pescadores sostienen que, en Gijón, tienen más facilidades para desarrollar su afición, ya que pueden incluso pasar al puerto. "Como tenemos prohibido el acceso al espigón de San Juan nos vemos obligados ir a pescar a sitios más peligrosos. Somos personas mayores, la mayoría, jubilados, que nos gusta pescar. Ahora tenemos que ir a sitios como Bayas o Arnao muchos perores que San Juan", manifestó Rodríguez.

Los pescadores han presentado sus peticiones al presidente de la Autoridad Portuaria, Santiago Rodríguez Vega. "Le dimos facilidades para que cambiará de opinión pero dice que no, y es que no", dijo. El Puerto sostiene que el dique es una zona peligrosa, como quedó acreditado con las dos muertes que ocurrieron el año pasado: la de la atleta avilesina Élida Fernández en enero y la del pescador corverano José Ramón Pérez Sáiz, Campino, en mayo.

"La prohibición es por seguridad, se trata de una escollera de protección marítima y no se puede acceder a ella", aseguró Rodríguez Vega. En el acceso al espigón, hay una cadena que cierra el paso y un cartel bien visible que informa del peligro. Pese a las advertencias hay personas que siguen accediendo.

La Policía Portuaria ha incrementado la vigilancia de la zona, sobre todo, en días de temporal. Además, el Puerto ha modificado la normativa de sanciones y ha introducido una específica calificada como falta "grave" para castigar con una multa de 300 euros a quienes accedan al dique sin autorización.

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