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Caótico velatorio para enterrar el Antroxu

La Cofradía del Santo Entierro de la Sardina realiza el pasacalles a pie, bajo la lluvia, con la carroza vacía y remolcada hasta llegar al Parche

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Despedida del Antroxu en Avilés

El Antroxu ya de por sí es anárquico e irreverente, pero también es caótico. Y para muestra el velatorio y entierro de la Sardina, acto que cierra el Carnaval en Avilés. Los cofrades del Santo Entierro de la Sardina iban a pie, no se subieron a la carroza, y ésta, que iba remolcada por un todoterreno, sirvió para poco más que apoyar las cajas de vino, un elemento siempre presente en el último adiós al símbolo del disfraz. El desfile, bajo la lluvia, llegó hasta El Parche sin orden ni concierto, solo guiado por la música de "El Felechu", que dejó de tocar en algunos tramos precisamente por la lluvia.

El pasacalles comenzó impuntual, algo que en Carnaval a nadie le preocupa. Algunos especulaban con que la comitiva tenía pensado suspender el velatorio, pero a ninguno de los miembros se les pasó por la cabeza esa idea. "Salimos sí o sí", señaló uno de los ilustres cofrades y testamentero de la Sardina, Teo Siñeriz. Cuando los cofrades hicieron saltar sus primeras coplas en la plaza del Carbayo, las inclemencias meteorógicas impidieron esa acción. Eso sí, la caminata salió y encaró la calle de La Estación para proseguir por Carreño Miranda y Emile Robín. En ese momento, los coches seguían circulando por la carretera, que otras veces quedaba cortada al paso del cortejo fúnebre. La carroza iba detrás y la fanfarria "El Felechu" delante. Tras ellos, los miembros de la Cofradía de la Sardina Arenque de Llaranes con un pescado de grandes dimensiones a cuestas.

Tras cruzar la calle Pedro Menéndez, la comitiva encaró La Cámara y empezó a llover de manera abundante. Muchos se refugiaron del agua en los bajos comerciales y otros, los más valientes, continuaban su paso hasta llegar al Parche. Una vez en el escenario, al que también se sumaron los Reyes del Goxu y la Faba, la peña "Jarra y pedal".

El testamentero repartió a diestro y siniestro mientras que el poco público asistente se guarecía del agua bajo los soportales del Parche. El documento final antroxero cargó contra el auge de la extrema derecha, la corrupción, el comisario Villarejo y concluyó: "Lo más importante, nunca te dejes robar tu libertad". Seguidamente, llegaron las coplas con críticas a la Monarquía, la defensa de las pensiones, la lucha de los trabajadores de Alcoa, la oficialidad de la lengua asturiana... "Pal paisanín y la xata, nuestra solidaridad, ellos fueron desahuciados, por una marquesina más", recitaba el testamentero, a lo que el resto le contestaron: "Apúntelo usted, señor escribano...". Y así hasta 55 coplillas.

Chus Rodríguez fue el encargado de rezar el rosario. Y lanzar al aire los tres misterios. El último fue: "Gobierno, autonomía y Ayuntamiento se encierran en el Ferrera en un alarde de sentido común y Alcoa no se cierra". Y finalizó: "¿Ha venido Alonso? ...". Tras ceder la palabra a los Reyes del Goxu, que agradecieron el papel de los avilesinos durante el Antroxu, "El Felechu" interpretó el "Asturias, patria querida" y, al fondo, se quemó la Sardina instalada en El Parche. Así falleció el Antroxu.

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