Los "neños" de Sabugo -y de otros barrios de Avilés- disfrutaron ayer de la piñata, en su quinta edición, con la que se pone el punto final a los festejos de carnaval en la ciudad. La organización de la fiesta corrió a cargo de Sabia Nueva y congregó en la calle de Carreño Miranda a más de medio centenar de pequeños dispuestos a endulzar la jornada con golosinas, rosquillas de anís y tazadas de chocolate.

La folixa comenzó alrededor de las seis de la tarde y se prolongó hasta el oscurecer gracias al grupo "Animaciones dálmatas", que hizo mover el esqueleto a los participantes, sobre todo el de los más pequeños. Además de disfrutar con juegos infantiles, los asistentes se dejaron pintar las caras: entonces Sabugo se transformó en un barrio de mariposas, tigres y dálmatas con las manos llenas de "llambiadas" que a más de uno le restaron ganas de cenar.