Alejandro Palomas se desnudó con la palabra, ayer, ante los alumnos de segundo de la ESO del instituto Carreño Miranda. El ganador del premio "Nadal" 2018 con "Una madre" habló de la escritura -"lo que más me gustó siempre fue jugar con las palabras, ya de niño sentía que tenía un poder con ellas"-, de su etapa escolar -"desde los 7 a los 14 años fui infeliz porque tenía altas capacidades, fui castigado y acosado por mis compañeros y el colegio fue una pesadilla y un infierno"- y de su familia -"mi padre nos dejó, se fue y nunca más lo volvimos a ver; nos quedamos huérfanos de padre sin morir"-. En ese momento, añadió, apareció Guille en su vida y escribió "Un hijo", obra con la que el autor barcelonés obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2016. Este título es una de las lecturas recomendadas por el departamento de Literatura del instituto que ayer lo recibió y acogió. Los alumnos siguieron con un silencio sepulcral y gran atención su relato y al abrir el turno de preguntas, una sucedió a otra hasta alcanzar los 50 minutos de duración del acto. La premura de tiempo impidió a muchos jóvenes plantearle dudas respecto a su obra. Palomas caló hondo entre los jóvenes: "Ha sido un acto muy guay por su historia, pensaba que iba a ser algo serio y resultó muy entretenido", apuntó Nayara Villafañe. Su compañera Adriana Yáñez se manifestó en similares términos: "Creía que era un escritor que venía a soltar un rollo y me sorprendió, no leí "Un hijo" y tras este encuentro me voy a poner a ello".

En la primera parte del encuentro, Palomas confesó que la escritura le "salvó la vida". "Desde entonces, ha sido mi forma de sobrevivir; escribir es una búsqueda constante de mí mismo y es el único momento en que me siento feliz, entro en un mundo en que nadie me agrede", dijo para relatar el proceso de creación de "Un hijo", el libro "que más alegrías me ha dado, con el que más viajo y que ninguna editorial quería, tuve quince rechazos de esta novela", destacó.

A preguntas del público, habló de Mary Poppins, presente en el libro. "Mi generación se crió con ella, el impacto que tuvo sobre nosotros fue como el de Harry Potter sobre vosotros. Ella representaba la libertad y desde entonces, al pensar en un personaje libre, pienso en ella", indicó, para también explicar cómo es el proceso de creación que encara con cada novela. "Consta de dos partes, antes de teclear (unos seis meses) vivo y mi subconsciente empieza a trabajar; en escribir tardo tres meses, lo hago de corrido, con los ojos cerrados, no miro la pantalla, no veo las frases, sí la película que estoy contando. y apenas corrijo".

De pie y micrófono en mano, en la recta final de su intervención ofreció otra confesión que sorprendió al auditorio: "Si pudiera volver atrás no sería escritor, mi sueño real era trabajar con animales salvajes, y eso es lo que voy a hacer; tengo la sensación de que en el futuro lo dejaré todo y me dedicaré a ello".