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IÑAKI MALDA FUENTES | Secretario comarcal de la UGT, acaba de presentar su dimisión

"A UGT le hacen falta reformas, como un cambio en el proceso para elegir candidatos"

"Estoy convencido de que habrá una solución para la fábrica de Alcoa, pero sin la compañía; lo de menos es cómo se llame el que la mantenga"

Iñaki Malda, en su despacho de la Casa Sindical. JULIÁN RUS

Iñaki Malda (Llaranes, 1961) vuelve a la siderúrgica en la que comenzó a trabajar con 18 años recién cumplidos. El secretario comarcal de la Unión General de Trabajadores (UGT) -cargo que asumió en 2011 y que compaginó hasta hace dos con la secretaría del sindicato en el complejo avilesino de Arcelor- acaba de presentar su dimisión y ha solicitado su reincorporación a la multinacional. Ferviente defensor de Pedro Sánchez, Malda aspira ahora a europarlamentario por el PSOE, partido en el que milita desde hace décadas. Una gestora dirigirá la unión comarcal durante aproximadamente un año, hasta la celebración del próximo congreso.

- ¿Por qué dimite ahora?

-El primer compromiso que yo tengo es con la UGT. Si quiero explorar fuera otros campos, como el de la política, creo que por coherencia personal, por principios, debo dimitir. Si no me sale bien lo de la política, no pasa absolutamente nada. La UGT la llevo muy dentro, respeto muchísimo a la organización, no quiero que parezca que es el segundo plato. Creo que el paso lo debo dar ahora. He pedido reincorporarme al trabajo en mi empresa y luego que sea lo que tenga que ser. La representación sindical tiene carácter de interinidad. Estoy muy orgulloso de lo que he hecho.

- ¿Qué tiene el proyecto de Pedro Sánchez que le ha picado el gusanillo de la política?

-Creo que hoy todos debemos alegrarnos por la crisis que ha superado el Partido Socialista. Había una desconexión total entre las bases del partido y los dirigentes, se llegó al punto de permitir que siguiese gobernando el PP de Mariano Rajoy con la abstención. Pedro no fue mi opción en un principio pero nos fue convenciendo. Hizo algo novedoso en la política española, dimitió (como secretario general del partido) por no contradecirse o por no contradecir a la gente que lo había puesto ahí. Me pareció un gesto de político de primera división. Aquello sacudió al parido por dentro y ha tenido unas consecuencias que hoy vemos positivas. El PSOE estaba en franco declive, había perdido el apoyo de la militancia y de la sociedad, y hoy tenemos un Gobierno socialista, se ha vuelto a recuperar el apoyo de la ciudadanía y vamos hacia unas elecciones en las que creemos que vamos a tener un buen resultado. La de Pedro Sánchez fue la defenestración pública de un representante político. Alguien no midió bien la capacidad que tiene un mártir. Y Pedro Sánchez se convirtió en un mártir que además demostró que tenía un criterio. Fue capaz de aglutinar la ilusión de un montón de gente que lo ha impulsado donde está ahora. La gente cree en los políticos que tienen palabra.

- ¿Una refundación que debería seguir también el sindicato?

-En el sindicato tiene que haber también un proceso que yo creo que está en marcha. Pepe Álvarez tiene un proyecto, podrá gustar más o menos, pero tiene un plan muy claro. La UGT es una organización enorme, muy plural y transversal. No digo que le haga falta una vuelta del revés, como al PSOE, pero sí importantes reformas. Por ejemplo, los propios procesos de elección de los candidatos. Hay que dar presencia a los militantes, que sean los afiliados los que elijan directamente a sus representantes.

- ¿Una reflexión de su etapa al frente de la unión comarcal? ¿Cómo ha cambiado?

-En los años previos a la crisis afeaba a empresarios que tuviesen mileuristas en sus plantillas. Años después, mil euros es un sueldo objetivo para mucha gente. Los momentos de la crisis fueron muy duros, todos los días había despedidos, cerraban empresas, había expedientes de regulación de empleo... En la propia empresa a la que pertenezco tuvimos que pactar un convenio y un acuerdo marco muy complicado, por primera vez tuvimos que aceptar un convenio en el que se nos bajaba el salario. Estoy absolutamente orgulloso de que se mantuviese la figura del contrato relevo y de que no hubiese ni un despido. A estas oficinas ha venido gente con verdaderos dramas.

- ¿Cómo estamos hoy?

-Los problemas no han terminado, pero esta comarca tiene una gran industria y las grandes empresas han mostrado músculo. Tenemos muchas cosas pendientes, entre ellas, cumplir las expectativas de la gente joven, tenemos que conseguir que los chavales y chavalas se queden aquí, que sea un sitio atractivo para vivir.

- ¿Ve solución para Alcoa?

-Soy optimista. Estoy convencida de que va a haber una solución, pero sin Alcoa. Se tiene que mantener la fabricación de aluminio en Avilés y lo de menos es como se llame. Está difícil pero es posible. El del aluminio no es un sector en declive, sino en expansión. Y hay gente interesada en Alcoa, como ya la hubo hace tiempo. Hay que diferenciar entre un fondo de inversión que busque una ganancia a corto plazo y alguien que apueste por el futuro y por seguir creciendo, que es lo que todos queremos.

- Este es el año del fin de las baterías. ¿Qué destino quiere para esos terrenos?

-Que se expanda en ellos el Centro de I+D de Arcelor-Mittal. Supondría que hemos ganado la batalla del cambio del modelo económico. Conocí el centro cuando empezó con una veintena de trabajadores y con poco más que ilusión a raudales. Ahora son unos 300. Tenemos que seguir exportando bobinas, pero también conocimiento. Y eso necesita apoyo.

- ¿Y ahora quien manda en la unión comarcal?

-Se va a crear una gestora que encabezará la ejecutiva de UGT Asturias.

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